Fondos públicos evanescentes

José Picado DE GUARISNAIS

FERROL CIUDAD

23 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las administraciones públicas, en particular los ayuntamientos, han sufrido un varapalo considerable en la línea de los ingresos de sus presupuestos ordinarios. Se puede comprobar, si es el caso y están vigentes, cosa no aplicable a la ciudad naval. Nada nuevo ni diferente a lo que ha sucedido con las familias y las empresas, en un país que ante la crisis económica optó por el camino de la devaluación y los ajustes duros, por decirlo suavemente. A eso se sumó la explosión de la burbuja inmobiliaria y la consiguiente caída del sector de la construcción, uno de los principales motores de la débil economía española junto al turismo. Consecuencia directa: no se construye, no se pagan tasas municipales, baja la recaudación por los bienes inmuebles, y los ayuntamientos vieron como buena parte de sus ingresos se esfumaron.

Y la solución, además de los excesivos ajustes y recortes, fue la financiación a través de ayudas estatales y europeas, asunto no menor en el que han demostrado pericia muchos concellos. No incluyan aquí a Ferrol, ustedes ya me entienden.

Hay muchos tipos de fondos públicos en las nubes y en el limbo de los presupuestos estatales y europeos. Clasifiquémoslos. Un primer tipo corresponde a aquellos fondos que no se solicitan. Fue el caso de los programas de Fomento para rehabilitación de Fortalezas y Arquitectura Defensiva. Ferrol, que se sepa, ni se enteró y si lo hizo no solicitó ni un solo euro, se ve que no tiene castillos y fortalezas que restaurar. Otro tipo de fondos es aquel que sí se solicitan pero la administración correspondiente los deniega, por la razón que fuese. Aquí podríamos incluir las ayudas para impulsar las Ciudades Inteligentes del Ministerio de Industria y Turismo, a las que se presentó uno de esos proyectos de Smart City (perdonen el anglicismo) con el resultado de: cero euros y fin de la cita. El tercer grupo, uno de los más importantes, es el de los fondos FEDER, canalizados ahora a través de las estrategias EDUSI (Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado). Como ustedes seguro que sabrán Ferrol y Narón presentaron un proyecto conjunto por un montante de quince millones de euros. El resultado: suspenso y vuelvan a la repesca, junto a otros concellos como A Coruña, que también tendrá que volver a examinarse como alumno mal aplicado.

Y esto, creo yo, fue lo que más descolocó a nuestros gobernantes y a muchos convecinos. Ya no pueden culpar a A Coruña de llevarse todo el dinero de Ferrol. Ahora a ver quién se atreve a culpar a Lugo por haber aprobado en los fondos EDUSI, por recibir dineros para el Camino Primitivo o la muralla romana.

Euros de verdad, de los que se suman a los ingresos, no de los que se esfuman.