La construcción de pozos particulares cae en picado

La Voz

FERROL CIUDAD

11 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El suministro de agua potable, ese bien tan preciado pero que no se suele valorar hasta que falta, está garantizado en la comarca de Ferrol a pesar de la sequía del verano. El pantano de As Forcadas, del que se abastecen los municipios de Ferrol, Narón, Fene, Ares y Mugardos, a través de la depuradora de Catabois, y Valdoviño, con gestión propia, se encuentra actualmente al 88,3% de su capacidad máxima, cifrada en 9,89 hectómetros cúbicos, lo que representa que hay una reserva de 8,7 millones de metros cúbicos de agua embalsada.

Desde Emafesa, la empresa mixta de aguas de Ferrol, se asegura que el nivel actual de As Forcadas es superior al del año pasado por estas mismas fechas y lo atribuye a que el servicio está bien gestionado.

En 2015, a estas alturas la reserva era del 73,98% y la media de los últimos diez años se había situado en el 78,29%.

Los responsables del servicio aseguran que este verano se ha notado un importante incremento en el consumo de agua, sobre todo en los concellos con playas, como es el caso de Ferrol, Ares y Mugardos, que multiplican sus respectivas poblaciones por la presencia de veraneantes, que este año fue muy significativa, debido precisamente a la buena climatología.

De ahí que el consumo no solo aumentase por la utilización masiva de las duchas de los arenales, debido al calor, sino también en los lugares de alojamiento.

Tras un verano de escasas lluvias, años atrás a estas alturas había que «hacer cola» para conseguir que una empresa realizase un pozo en un domicilio particular. La situación ha cambiado radicalmente y este tipo de construcciones han caído en picado. Lo constatan los responsables de los firmas del sector: Manuel Bouza, de Sondeos Bouza; y Fernando Rodríguez, de Sondeos Rodríguez.

Los encargos de pozos en la comarca han caído un 80% desde los años noventa y lo atribuyen a varias razones. Las primordiales son la ampliación de las redes de abastecimiento de agua potable de los municipios a las zonas rurales y el acusado descenso en la construcción de viviendas.

Otro motivo de la reducción es la merma de las explotaciones ganaderas, derivada de la crisis del sector lácteo, y de la agricultura en general. «Se hacían muchos pozos como complemento a los de los propios domicilios para atender las necesidades del ganado y el riego», explica Fernando Rodríguez, añadiendo que hace años llegaron a tener que hacer perforaciones para cuatro pozos al mismo tiempo «algo que agora é impensable».

Ambos empresarios aseguran que la época de mayor actividad en el sector se sitúa a finales de septiembre y en el mes de octubre, que es cuando más se notan las consecuencias de un verano seco como el presente.

A pesar de todo, sostienen que los pozos que se construyeron en los últimos año no tienen por qué tener problemas, porque con los que equipos de que disponen se perfora a gran profundidad. De hecho, en la mayoría de la comarca se encuentra agua a entre 40 y 50 metros, salvo en el caso de zonas como Covas, Doniños y A Capela, en las que hay que perforar más de 60 metros.

Los precios de los pozos de barrena dependen de los metros. A nivel orientativo, Fernando Rodríguez señala que los menos de 60 metros oscilan entre 2.000 y 2.500 euros; los de 60 rondan los 3.000 y los de cien metros suben hasta los 4.000 euros, incluyendo en todos los casos la colocación de la oportuna bomba.

Según este empresario, la figura del zahorí para localizar el manantial no es muy habitual ni tampoco demasiado fiable, a pesar de que reconoce que hay personas que tienen el don de hacer vibrar la «vara de salgueiro».