«Soy muy `folkie, pero el saxo me abrió el camino del jazz y el `reggae´»

Bea Abelairas
Bea Abelairas FERROL

FERROL CIUDAD

CÉSAR TOIMIL

Es músico desde los nueve años, cuando comenzó con la gaita y la flauta, un día un amigo le prestó un nuevo instrumento y su universo creativo se multiplicó

28 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Fausto Escrigas se despierta hoy en Lugo, porque ayer participó en el Festival Terra Brava de O Incio con Alén de Arcos, uno de sus muchos grupos. «Toco con muchas formaciones, eso me permite poder hacer todos los estilos que me emocionan, en cada uno tengo un sentimiento diferente», cuenta sentado en el Cantón este ferrolano de 32 años que se siente músico desde los nueve años. «En mi casa hay mucha afición, en todas las reuniones se cantaba y se iba con la guitarra, pero el único que se ha dedicado a la música profesionalmente soy yo», dice.

Fausto iba por la senda del folk, camino que no ha abandonado aún, pero un día un amigo le prestó un saxofón. «Me dijo que lo probase y eso me marcó, yo soy muy folkie, pero el saxo me abrió el camino del jazz y del reggae». Así que ahora tiene varias vidas musicalmente hablando y está encantado con ello. «Con el saxo soy completamente autodidacta, por eso ahora iré a clases en el Conservatorio Superior de A Coruña, porque me gustaría saber más». Hasta es capaz de determinar lo repartido que tiene el corazón: «Un 60 % para el folk; el resto para lo que toco con el saxo».

Y en esa tesitura pone en un altar los sonidos irlandeses y todo lo que quede bien a la etiqueta de música con raíz, de las que han sido «patrimonio de algún pueblo, parte de su identidad». Con estas premisas se las arregla para seguir un camino que no tiene demasiados escenarios en Ferrol. «Solo hay una sala para tocar, la Súper 8, pero es muy buena, podía ser peor», dice y recuerda que hace solo unos días que tuvo concierto allí con parte de otra formación en la que milita: Böj. En su Facebook se pueden escuchar algunas de sus interpretaciones (aunque hay que buscarlo por otro nombre: Fausto Hastlo Siezmo). Fausto echa en falta algunos espacios como la cervecería Intercéltica, «fue el primer lugar donde pude acceder a folk de calidad de muchos países» y donde se fantaseó con poder hacer, precisamente, lo que está haciendo ahora: «Mi objetivo es y será vivir de la música».

Eso sí tiene que apoyarse en un comodín que hace disfrutar: da clases a personas de todas las edades. Le encantan los niños, cuanto más pequeños, mejor se le dan. «Estoy en el colegio San Rosendo y en la Escuela da Vaca, donde enseño a tocar la gaita, el saxo y me encargo de las aulas de iniciación musical, que son para los más pequeños, me apasiona, porque ves lo que disfrutan y siempre dicen la verdad».

La sinceridad de sus alumnos más jóvenes le conmueve, pero también escuchar a muchos de sus compañeros de generación: «Es alucinante la de gente que hay en Ferrol implicada con la música». Y confiesa que él se siente un poco valiente, porque se ve como de los pocos saxofonistas que han optado por los caminos menos transitados.