En este Norte

Ramón Loureiro Calvo
Ramón Loureiro CAFÉ SOLO

FERROL CIUDAD

18 jun 2016 . Actualizado a las 00:53 h.

Dirán ustedes, tal vez, que todo esto no es más que literatura. Pero a mí me parece, sin embargo, que la Galicia del Norte, la que se extiende desde la desembocadura de ríos como el Belelle y el Xuvia hasta la del Eo -la que lleva dentro de sí la Terra Chá de Lugo, además de comarcas como las de Ferrolterra, Ortegal, las Mariñas y buena parte del Eume- , no se parece a ninguna otra. Es la Galicia cuyo territorio coincide prácticamente con el de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol, y abarca realidades tan distintas como las de la industria naval de la ría ferrolana, el sector pesquero de los puertos septentrionales, la producción de energía eléctrica -y de bastante más que energía eléctrica, por cierto- en As Pontes de García Rodríguez, y la agricultura y la ganadería de las tierras del interior, por desgracia sometidas a un alarmante proceso de pérdida de población. Esta Galicia merece mejor suerte de la que ha tenido durante estas últimas décadas, en las que tantos poderes públicos se han olvidado de ella una vez y otra, como si el futuro no pudiese habitar otra franja del mapa que la que une las dos ciudades más pobladas y sus respectivos cinturones industriales. A mí me gusta mucho atravesar, con cualquier excusa, esta maravillosa Galicia del Norte nuestra, que es toda ella una Última Bretaña. La tierra en la que, en una sola tarde, puedes visitar los acantilados más altos de la Europa continental, las más hermosas fortalezas del siglo de las Luces y hasta la casa de Merlín, además de pasar por San Andrés de Teixido, puerta entre dos mundos, y dejar constancia (para no tener que ir después, de muerto) de que de vivo ya has estado allí. Es un regalo del cielo, haber nacido aquí.