Ferrol, la «rara avis»

Antía Urgorri Serantes
Antía Urgorri CRÓNICA CIUDADANA

FERROL CIUDAD

14 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Conocen alguna ciudad en la que no le lleguen los dedos de la mano para contar el número de edificios o espacios públicos concluidos y listos para usar y que no funcionen o que ni siquiera hayan sido estrenados? Desde luego, si las hay son pocas. Dudo que haya muchos ferroles por ahí. Que la urbe es una rara avis no es novedad, es sabido por todos, incluso por la señora que se subió hace unas semanas a la famosa escalera de V Televisión para gritar a los cuatro vientos aquello de «Ferrol es una mierda, fue una mierda y será una mierda». Comentarios escatológicos aparte, la gestión municipal deja mucho que desear cuando los gobernantes municipales no son capaces de poner en marcha o dotar de contenido a edificios públicos listos para estrenar. Y no hablamos de unos meses, hablamos ya de un año de mandato local.

A un ferrolano que haya pasado los últimos dos años fuera de la ciudad, seguramente le habrá sorprendido gratamente, o al menos es lo que le pasó a la que aquí escribe, dos mejoras realizadas en espacios emblemáticos de Ferrol. Una es la Cuesta de Mella, que dejó de lado su aspecto ruinoso, grisáceo y casi tercermundista para lucir otro reformado y moderno, con ascensor panorámico incluido. Con la obra acabada desde finales de año, todavía se espera por la musealización de este espacio, a expensas de su dotación económica y con las expectativas municipales puestas en poder abrirlo «en agosto ou setembro».

Algo similar pasa con la pajarera del Cantón de Molins, que evoca a la que en su tiempo hubo en la que es una de las alamedas más antiguas de Galicia. Este llamativo elemento continúa vacío prácticamente un año después de su instalación. El Concello anunciaba hace unos meses que se convertiría en un espacio donde expondrían sus esculturas artistas de prestigio a nivel gallego. Pero nada se sabe de este proyecto.

El Hospicio, el centro cívico de Canido, el de Ferrol Vello, la Oficina de atención al peregrino o la pérgola de los jardines de San Francisco son otros ejemplos de edificios infrautilizados en la ciudad.

Mientras esperan inertes a ponerse en marcha, estos inmuebles y espacios son objeto de los vándalos, que causan los primeros destrozos en infraestructuras que ni siquiera han sido estrenadas. Como ocurrió hace unos días en la pérgola de San Francisco y en el ascensor panorámico de la Cuesta de Mella.

Seamos sinceros, gobernantes municipales, ustedes creen que está Ferrol como para permitirse el lujo de tener obras terminadas y listas pero sin uso con la cantidad de necesidades que tiene la ciudad. Yo me sonrojaría.