Buenas expectativas, pero con cautela

Antía Urgorri Serantes
Antía Urgorri CRÓNICA CIUDADANA

FERROL CIUDAD

10 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Son buenas noticias, pero falta que se plasmen sobre el papel. La Armada australiana ve en Navantia el licitador preferente para construir los dos buques de aprovisionamiento de combate. ¿Quiere decir esto que la empresa pública española ganará el contrato? No, pero que tiene muchas posibilidades y que su oferta ha gustado más que la de su competidor, Daewoo. El contrato urge, por supuesto, pero las cosas de palacio van despacio, y saber que la Armada de las Antípodas ve con buenos ojos la propuesta de Navantia, significa tener medio camino andado. Las previsiones son que el contrato se empiece a negociar a partir de ahora, y que el encargo del pedido pueda ser una realidad en torno al verano.

Si así fuera, el contrato llegaría como agua de mayo en el momento justo para evitar otro parón, ya que en verano se entregará el buque flotel que se fabrica para la petrolera mexicana Pemex y únicamente quedará en ejecución el BAM para la Marina española. El pedido de la Armada de las Antípodas garantizaría que los astilleros ferrolanos enlazasen un contrato con otro, una continuidad de carga de trabajo que sería extremadamente beneficiosa para la ciudad y comarca.

Aunque tanto con Australia como con Arabia Saudí, país que ya ha autorizado la compra a Navantia de cinco corbetas, resta lo más importante, la firma del contrato. Los ferrolanos, curados de espanto, reciben con cautela la noticia, y también la propia Navantia. Una ocupación para unas 2.000 personas en algunos momentos de la fabricación, que durará cuatro años, no es cuestión baladí. El tiempo dirá.

El aparcamiento es siempre noticia en Ferrol. O por la falta del mismo, o por el mal estado, o por la ausencia de alternativas. Ahora parece que el gobierno local -FeC y PSOE- ha decidido acondicionar el estacionamiento del Sánchez Aguilera, donde las fochancas-piscinas habían adquirido impresionantes dimensiones. Es evidente que tampoco pensaron en el estacionamiento los que diseñaron el auditorio de Caranza, con capacidad para más de 800 butacas y con solo 80 plazas de aparcamiento, es decir una por cada diez. Igual de importante es el edificio en sí como la programación cultural o los servicios complementarios, como son el aparcamiento. Con que los problemas de estacionamiento disuadan a un solo vecino de Ferrol de ir al auditorio, ya se habrá errado en el planteamiento de esta infraestructura cultural. Está claro que no en todos los espectáculos hay un lleno absoluto, pero qué quieren que les diga, yo creo que superar los ochenta asistentes con cierta asiduidad en el auditorio no es tan difícil. Pues ya me dirán dónde aparcan.