Museo
El viaje a Suecia les permitió, asimismo, conocer el museo de Ikea, los laboratorios de los diferentes prototipos y ver cómo se realizan las pruebas de calidad. «Viendo lo que hay allí, en un pueblo que es todo Ikea, me di cuenta de lo que mueve la empresa», señala Ángela, añadiendo que aprendió más en esa semana que en el tiempo que lleva en la plantilla de la tienda de Madrid. Había entrado a formar parte de la misma como reponedora y a los tres meses comprobaron lo que sabía de logística, por lo que pasó al control de stok. Su cometido actual consiste en revisar la mercancía, realizar los pedidos a los proveedores y hacer el inventario. Confía en que el premio del concurso le sirva, además de más para el gratificante viaje, para alcanzar nuevas metas en el escalafón de Ikea.
Ángela estudió Ingeniería Técnica Naval, en la especialidad de estructuras marítimas, profesión que estuvo ejerciendo unos años en Madrid en diferentes empresas. La última trabajaba para la Armada española y ella se ocupaba de temas de logística.
Después dio un giro a su vida y se marchó a Estados Unidos con su marido, que trabajó allí durante un tiempo en proyectos relacionados con la banca digital. Durante su estancia en Norteamérica, Ángela colaboró con una ONG de ayuda a los latinos, principalmente a las mujeres maltratadas.