Ferrol: moverse o perder el tren

Andrés Vellón Graña
Andrés Vellón CRÓNICA CIUDADANA

FERROL CIUDAD

18 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El pantanal ferroviario en el que está atrapado Ferrol y, por extensión, su comarca -que incluye Narón, octava ciudad de Galicia- es dantesca. Ya nos han dicho que estamos fuera de una alta velocidad con la que un día, sobre el papel, llegamos a soñar. Desde el ministerio que dirige en funciones Ana Pastor también nos han aclarado recientemente que lo que hay es lo que va a haber. Las conexiones Ferrol-A Coruña y Ferrol-Madrid son cutres. Y lo seguirán siendo. ¿Faltaba algo? Claro. Una línea de Feve en la que el caos es tan mayúsculo que al viajero no se le cobra y hace parte del trayecto en ferrocarril y otra parte en una furgoneta. De traca.

Dicen los que saben de estas cosas que toda esta ceremonia de la confusión no es más que un desmantelamiento, delante de nuestras propias narices, de lo que poco que existe. Dicho de otro modo. No solo no se va a muscular la malla ferroviaria local para hacerla eficaz para el usuario. Que es de lo que se trata. Es que se está dejando achatarrar para que, cada vez, la utilice menos gente. Magnífico argumento para acabar por suprimir más servicios y que la oferta sea todavía más raquítica.

Claro que con lamentarse no vale. O Ferrol se mueve o pierde el tren, otra vez. Y decir Ferrol es decir Narón, es decir Fene, es decir Valdoviño, es decir Cedeira... ¿Cuál es la respuesta a todo esto? ¿Qué se va a hacer para defender los intereses de la ciudadanía? ¿Un frente común para reivindicar lo justo o una estrategia de guerrillas en la que cada uno mira para su ombligo? ¿Para qué está sirviendo la Mancomunidad? ¿No es este un tema lo suficientemente importante para convocar una reunión de urgencia? ¿Para consensuar medidas? Entonces... ¿Qué lo es?

Se debe saludar que Jorge Suárez y José Manuel Blanco se hayan decidido a que Ferrol y Narón opten juntos a los fondos Urban. Es un paso. Pero no es suficiente. ¿Fusiones? No se habla aquí de eso. ¿Frentes comunes en los que se podría trabajar codo con codo? No cabrían en estas líneas. Pero, lo dicho, al menos es un comienzo. ¿Por qué no darle continuidad a ese inicio con el ferrocarril?

Y hay que saludar también que Suárez vaya dando cada vez más pasos hacia la figura de gestor. Aunque no quiera. De nuevo junto a la edila de Urbanismo, María Fernández Lemos, ha acudido a Madrid a tratar de ponerle algo de sentido al futuro del Sánchez Aguilera. Podrán gustar las propuestas que se hagan o no. E, incluso, es más que probable que no lleguen a ninguna parte. Pero queda claro que solo con activismo no es suficiente. Ni con mezclar siglas más enfrentadas que en común. Ni con brindis al sol. Más gestión. O perderemos muchos más trenes.