Tras publicar cuatro novelas, el escritor ferrolano regresa al mundo editorial con «La ironía del afilalápices»
17 feb 2016 . Actualizado a las 12:09 h.Manuel José Díaz Vázquez (Ferrol, 1960) asegura que lleva toda la vida preparándose para ser escritor. Su pasión por la literatura comenzó hace ya cuarenta años, aunque en el mercado editorial no se estrenó hasta el 2006. Desde entonces ha publicado cuatro novelas -alguna de título tan curioso como A las vacas de la señora Elena no les gusta el pimiento picante- y ahora regresa a las librerías con La ironía del afilalápices, un libro distinto a todos los anteriores.
-¿Con qué se va a encontrar el lector que se asome a las páginas de su nueva obra?
-Se va a encontrar con una especie de rompecabezas o zigzag literario, porque en él te puedes encontrar relatos de viajes, pero también reflexiones literarias, citas, anécdotas, aforismos... Es un compendio de obra suelta muy variada, pero con un nexo común muy claro: la ironía. De ahí el título del libro.
-¿Por qué la ironía?
-Alguien me preguntó una vez si la ironía era un arma de ataque o de defensa y yo creo que es esto último. La ironía es importante porque te ayuda a sobrellevar las visicitudes de la vida, a restar importancia a las cosas que no la tienen y a soportar mejor las que sí la tienen.
-En el libro también recoge aforismos de su propia cosecha. Sorpréndanos con alguno.
-Hay muchos... Deja de tocar el violín, por fagot; Para psicoanalizarse voy a supermercados Froiz: Las conversaciones de ascensor suelen ser elevadas...
-Para finalizar, ¿por qué tendríamos que leer su libro?
-Aunque tiene partes para reflexionar, es un libro fácil de leer, de tono relajado y que puedes empezar por donde quieras... Incluso por el final.