La tozuda realidad se empeña en poner las cosas en su sitio por mucho que nos quieran endilgar milongas. Que si brotes verdes, que si la Bolsa mejor, que si se el consumo está más animado... Hasta que llegan los números del paro. Y otra vez a la rueda. Porque el desempleo, como era previsible, ha vuelto a subir en nuestra zona. Tras los villancicos viene la cuesta de enero, que culmina aquí con 17.509 personas que no tienen trabajo. Y lo más sangrante es que es cada vez más frecuente que los puestos que se crean para luego eliminarlos duren un suspiro que no llega a un día. Es obvio que no todo el mercado laboral es así, porque entonces esto reventaría. Pero también lo es que ese empleo precario -por decirlo de modo eufemista- se va haciendo cada vez más dueño de la situación. Lo peor es que, igual, lo que se pretende es que nos vayamos acostumbrando.
Pero no es necesario andar con futuribles cuando la realidad de hoy es tan desalentadora. No hay ni un solo político, ni una sola sigla, que no prometa la creación de empleo en Ferrol como una cuestión vital. Como el eje de todo su programa de gobierno. Caso de tenerlo, claro. No hay, tampoco, ni uno solo que lo cumpla porque, seamos sinceros, apenas tienen margen de competencias en ese terreno. Salvo el buen gestionar. Que no es poco.
Porque lo que sí se puede hacer es generar las condiciones para hacer de Ferrol una ciudad más atractiva para el asentamiento de empresas. ¿Qué tal tener una reserva de suelo industrial? Por si acaso... No. Mejor no. No vaya a ser que venga una firma con intención de plantarse a crear unos cuantos empleos y haya donde ponerla. Habrá quien diga que sobra sitio en Río do Pozo, en Vilar do Colo, en Ortigueira... Y es así. ¿Pero es eso excusa para dejar las cosas como están? Muchas veces, para tener contenido primero hay que disponer de continente. Nadie se puede comprar un piso donde no los hay. Mandiá parece tan buena opción que, para no perder la tradición, lo mejor es vetarla de inmediato.
Pero para explicar los datos del desempleo en Ferrolterra también hay que mirar a otros sitios. Hay quien espera más de los empresarios y de los sindicatos. Que, al menos, escenifiquen la voluntad de proponer algo más allá de lo de siempre. Igual hay también quien espera por el Plan Ferrol... Otro truco de ilusionismo para ir desviando la atención.
Hay, en definitiva, que darles respuesta a 17.509 personas. Hay que darles un motivo para pensar que pueden optar a un puesto de trabajo. Digno. Hay que arrimar el hombro y dejarse de tanta cháchara. Unos. Otros. Y los de más allá. Y aún así habrá que esperar refuerzos.