«Gustaríame ter máis tempo para dedicarllo á xente, para poder falar»

FERROL CIUDAD

José Rey Kochinke, fotografiado en el interior de la iglesia  parroquial de Serantes
José Rey Kochinke, fotografiado en el interior de la iglesia parroquial de Serantes JOSÉ PARDO< / span>

José Rey Kochinke, el escultor que talló la imagen de la Virgen llevada a la Antártida por el buque oceanográfico «Hespérides», es el cura de seis parroquias de Ferrol

01 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hijo de padre gallego y de madre alemana, José Rey Kochinke, que nació en Vilarrube hace 49 años, sentía pasión por las piedras. Tanta, que decidió dedicarles su vida. Se formó como escultor en la Escuela de Artes. Y él fue, de hecho, el autor de la imagen de la Virxe do Mar que llevó a la Antártida el buque oceanográfico Hespérides. Pero poco a poco, y mientras ejercía la docencia en Cedeira, donde formó a una nueva generación de canteros y participó de forma muy activa en la restauración de la fortaleza de la villa -del castillo de La Concepción-, debió de ir descubriendo que bastante más pasión aún que por las piedras la sentía por las almas. Y decidió hacerse sacerdote.

Cuando se ordenó tenía 34 años. Y ahora, quince años después, y tras haber ejercido su ministerio, entre otros lugares, por las aldeas de la Terra Chá, es el cura de nada menos que seis parroquias de Ferrol: San Salvador de Serantes, San Martín de Covas, San Xoán de Esmelle, San Xurxo da Mariña, San Román de Doniños y San Antonio da Cabana. José, que sonríe mucho y que tiene la afabilidad propia de las personas que son generosas en extremo -de esas personas que han decidido dedicar su vida a los demás-, bromea al comentar que un cura, hoy, y atendiendo seis parroquias, «non para en todo o día». «O peor disto é o estrés», apunta el sacerdote, explicando que «ao estar todo o día dun lado para outro», prácticamente vive «no coche».

Vivir siempre deprisa

«Gustaríame ter máis tempo para dedicarllo á xente, para poder falar; iso si que o boto de menos -comenta Rey Kochinke-. Porque escoitar é moi importante, e a xente necesita que a escoiten. E aínda que un fai o posible por pararse coa xente en cada parroquia, enseguida ten que saír correndo para outro lugar».