Furtivos de traje caro

Andrés Vellón Graña
Andrés Vellón CRÓNICA CIUDADANA

FERROL CIUDAD

31 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Creo que me voy a quedar en Ferrol». El que lo dice es Jianping Zhu, el propietario de El Corte Chino. Pues, tal y como está el tema demográfico, es para celebrarlo. En una sola frase resume también este empresario la situación de Ferrol: «Se nota que no hay muchos euros en los bolsillos de las familias». Y así es como Zhu da en el blanco, sin necesidad de grandes circunloquios. La falta de recursos es, desde hace ya demasiado tiempo, uno de los grandes problemas en una ciudad que quiere levantar cabeza pero que no encuentra el modo de hacerlo.

Por eso, y por muchas otras cosas, llaman la atención tantos y tantos despropósitos. La Cámara de Comercio sigue ahí, dando que hablar. Y no es para menos. Las administraciones son las principales acreedoras de sus más de seis millones de euros -se dice pronto seis millones de euros- de deuda. ¿Cómo se permitió a los dirigentes del organismo llegar hasta ese punto? ¿No hubo señales de alerta de esa quiebra? ¿Aquí no hay tutelas y vigilancias más que para los ciudadanos? Con la que está cayendo en toda España puede que casos como este puedan parecer menores. Pero no lo son. Ni mucho menos. La Cámara desaparecerá, arrastrando con ella -como ya se ha escrito aquí- un recinto de FIMO que a saber para qué quedará. Eso, en sí, es malo. Pero peor es que no comparezca ningún responsable que diga «esta boca es mía» para explicar qué ha sucedido. Como, por poner otro ejemplo, tampoco apareció ni un solo responsable de Entabán -aquella empresa zaragozana que iba a hacer de Ferrol el maná del biodiésel- para dar cuenta de cómo se fundieron las ayudas públicas que tuvo por no llegar a producir nunca. Coge el dinero y corre.

Y con estas y otras tantas jugadas del mismo corte nos desayunamos en numerosas ocasiones. Mientras tantos y tantos viven en el alambre para llegar a final de mes o, simplemente, no llegan.

Agobiado por la mala mar anda un percebeiro ilegal que el viernes se sacó treinta euros después de ir a las rocas. «¿Podría salir en el periódico a ver si así me dan el carné?». Se rectifica a sí mismo de inmediato: «No, no, mejor paso que al final va a ser peor, que ahora igual acabas en la cárcel». Admite que lo que hace no es legal. Pero no entiende el motivo por el que no puede regularizar su situación... Entretanto, volverá a la roca cuando pueda. Sabiendo de sus cargas, tampoco le queda otra. Es un furtivo. Pero furtivos, como poco, también son esos que esquilman el dinero de todos en vez de los percebes. Con un traje caro en vez de neopreno. Y la mayoría, a diferencia de Jianping Zhu, no se quedaron en Ferrol. Llegaron. Llenaron bolsillos. Y se fueron.