Ferrol quiere buques en Navantia

Andrés Vellón Graña
Andrés Vellón CRÓNICA CIUDADANA

FERROL CIUDAD

22 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Existen temas que no tienen vuelta de hoja. Y que Ferrol y su comarca quieren que haya barcos en Navantia es uno de ellos. Pero que nada quede nunca sin enredarse en un velo de polémica, para no perder las tradiciones. El hecho de que la compañía pública esté a punto de firmar un importante contrato con Arabia se ha recibido en la calle con esperanza y los dedos cruzados para que nada se complique. ¿Por qué? Porque significa trabajo en el astillero. Para la plantilla principal y para las auxiliares. Pero ahora nos topamos con que hay a quienes les surgen dudas de corte moral porque los barcos de guerra -sí, de guerra- irían para ese país y no para Canadá, por poner un ejemplo.

¿Le ponemos vetos entonces al mercado? ¿Ha de reclamar Navantia como condición a sus potenciales clientes que esos barcos se fabriquen para no ser usados? ¿Cuáles son los países para los que se puede trabajar y cuáles no? ¿Son las fragatas F-100 o las hechas para Noruega embarcaciones de recreo? No. Qué va. Un astillero militar está para fabricar buques militares. Ese es el enfoque. Y toda duda o recelo se admite, como no puede ser de otro modo. Pero también hemos de admitir las dudas y recelos de las personas que están en el paro y las que hacen encaje de bolillos para llegar a fin de mes. Esas dudas y recelos que pueden albergar hacia la Administración quienes tienen que ir al supermercado a comprar la marca blanca porque no queda otra. Esas dudas y recelos de las personas sin apenas prestaciones. Las dudas y recelos, en definitiva, de tanta y tanta gente que solo quiere un puesto de trabajo para ganarse la vida. Puestos a plantear cuestiones morales, que las pueda plantear todo el mundo. En algunos despachos igual hay mucho debate por este encargo de corbetas que tiene aroma de inminente. Pero en la calle lo único que se debate, precisamente, es intentar saber a qué se dedican los ocupantes de esos despachos.

Y el administrado se encuentra a la espera de que algún representante de los distintos partidos políticos que pueblan el arco municipal se pronuncie sobre el aislamiento ferroviario de la zona. En sus múltiples facetas. Quizá eso tampoco sea importante. O a lo mejor es que como para ir a Madrid en tren hay que tirarse tantas horas, mejor ya no llamar a las puertas en las que se puede solventar esta situación. O quizá se esté a la espera de ver quién gobierna... Pero, de momento, aquí, la callada por respuesta. Pasen días y caigan longanizas. Y a cada uno lo suyo. Solo a través de las preguntas del BNG en el Congreso nos hemos ido enterando de algo en materia ferroviaria. A ver quién pregunta ahora.