El centro de Ferrol -ya se ha dicho aquí- tiene vocación humana. Su trazado está diseñado para el paseo, no para los coches. Pero el camino de la peatonalización va a ser largo. Para no contradecir las costumbres de una ciudad en la que toda iniciativa pasa un intenso examen antes del aprobado o el suspenso.
La concejala María Fernández Lemos ha tomado una senda decidida. Y por ella transita con paso firme. Es un comienzo, solo eso, para una propuesta que ya caldea la calle. De momento, la alternativa de subvencionar 150 huecos a vecinos del centro tanto en el párking del Cantón como en el de la plaza de España ya ha suscitado una importante polémica. ¿Y el que lleva años pagando un garaje particular? ¿Y el que tiene alquilada una plaza? ¿Y el vecino de Caranza, Canido o Ultramar que también quiere facilidades de su Ayuntamiento para estacionar en su calle o cuándo se desplace al centro?
El asunto va a requerir grandes dosis de paciencia, debate y consenso para se pueda dar ese salto y que el peatón tome de manera definitiva el corazón de la urbe. Y Fernández Lemos debería presentarse bien arropada ante ese escenario por sus compañeros de gobierno, tanto del PSOE como de Ferrol en Común. De hecho, lo lógico es que una propuesta de esas características, un planteamiento llamado a cambiar el centro de la ciudad, naciese de la unanimidad de los cinco grupos de la corporación. Algo, seamos serios, tan necesario como imposible. Pero, por el momento, no estaría de más abrir el abanico de alternativas para los residentes y llevarse las cosas bien analizadas. No vaya a ser que se aplique la medida y que sean pocos los que se acogen a esa polémica bonificación. Se verá.
Tranquila pueda estar la concejala de Urbanismo, al menos, porque tanto Jorge Suárez como Beatriz Sestayo dan por zanjada la crisis de gobierno. De momento. Y porque no les queda otra. Andando los meses se determinará quién queda más debilitado para estas escaramuzas tan altisonantes como carentes de argumentos políticos o de roces por las formas de hacer ciudad. Los personalismos que las alimentan continúan.
Y así va de nuevo Ferrol y su comarca rumbo a Fitur, donde, ahí sí, podrá lucirse a lo grande. Porque de recursos turísticos andamos sobrados. Tarjetas de presentación no nos faltan. Su gestión... Eso ya es otra cosa. Los planes conjuntos entre municipios están bien. Pero sería enorme que durasen algo más de un año para sacarles tajada. Los que vienen de visita, en todo caso, suelen marchar contentos. Y eso es lo determinante. Mimbres turísticos hay. Solo falta la cesta. Que aún no está hecha.