«Las científicas lo tienen peor, yo fui claramente discriminada por ser mujer»

Bea Abelairas
Bea Abelairas FERROL

FERROL CIUDAD

Ana Jesús, en un espejo de su casa de O Inferniño: «Me encantaba ir a esta plaza con los niños».
Ana Jesús, en un espejo de su casa de O Inferniño: «Me encantaba ir a esta plaza con los niños». josé pardo< / span>

Nació en Pobra do Brollón, pero lleva 25 años en Ferrol y reivindica su Inferniño

27 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ana Jesús López es algo más que la primera presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) de Galicia. Es una de las grandes artífices de su creación y explica por qué: «Ni nos conocíamos y necesitamos apoyarnos, porque las científicas lo tienen peor, yo fui claramente discriminada por ser mujer. Solo un dato: tengo tres sexenios de investigación y sigo como contratada doctora». Ana se queja de esta situación, pero nunca con tono de victimismo: le gustaría cambiar inercias como que asuntos relevantes -en empresas y departamentos- se acordasen con unas cañas entre hombres. «Cuántas veces estás horas y horas en una reunión que no llega a ninguna parte... Te levantas para ir a casa con tus hijos y ellos lo acuerdan todo en un bar. La palabra conciliar solo nos atañe a nosotras», dice.

Llegó a Ferrol hace 25 años, se le había acabado una beca en Santiago y una colega le avisó de que había una vacante en el campus. «Nací en Pobra do Brollón y llegué para algo temporal, pero al final me siguió mi novio y aquí tuvimos a nuestros hijos que ya son ferrolanos». Se implicó en el desarrollo de la UDC, pero también en su barrio, donde formó parte de la asociación de vecinos Inferniño Rosal. «Tengo recuerdos preciosos de la plaza del Inferniño, de pasar allí las tardes charlando con otras madres, pero tuve que dar un paso al frente para tratar de mejorar la zona, porque estaba muy abandonada». Y cuenta con el orgullo que presentaría uno de sus trabajos de investigación que lograron que se retirase el palco, pero aún les quedan bastantes reclamaciones pendientes. «La fuente sigue estropeada y el centro cultural debería tener un local para todas las entidades vecinales: no entiendo por qué no se cuida más a uno de los barrios en los que vive más gente de Ferrol», se queja.

La asociación de investigadoras que preside cuenta con 35 integrantes gallegas y Ana explica que puede presumir de campus ante las representantes de otras universidades: «Cuando llegué ya me impresionó, tal vez le falta proyección incluso dentro de la propia ciudad». Esta profesora de la Politécnica reconoce los esfuerzos de los gobiernos locales y la vicerrectora, Araceli Torres, para crear lazos entre la ciudad y sus aulas universitarias, pero también tiene claro que debería haber muchos más: «Solo hay que pararse en un dato: el del número de ferrolanos que nunca ha pisado el campus, a pesar de que está aquí al lado y cuenta con un montón de actividades para todos los públicos. Las instituciones deberían tomarlo mucho más en serio».

Cuando se mira al espejo se encuentra pocas zonas oscuras y muchas ganas de desactivar desigualdades. Sus argumentos demuestran que es de ciencias porque sus lemas siempre se apoyan en cifras: «Hoy en día las mujeres siguen escogiendo carreras que implican los cuidados a los demás, en las ingenierías no llegan al 30 % ¿Por qué? porque enseguida nos damos cuenta de la lucha que suponen, a veces hasta se sufre un tipo de acoso, así que nos retiramos antes de que nos ataquen y eso tiene un nombre: indefensión aprendida. Eso sí, también tenemos una gran capacidad para seguir adelante».

¿Cómo me veo?: «No sé.... Me veo bien y cuando era más joven siempre me veía defectos, pero creo que cumplir 50 años ayuda a estar mejor. Me veo muy luchadora, demasiado, siempre me meto en todas las batallas»