La marea ya es una «lagarteira»

Andrés Vellón Graña
Andrés Vellón CRÓNICA CIUDADANA

FERROL CIUDAD

23 dic 2015 . Actualizado a las 11:43 h.

Los resultados de un 20D histórico en la medida en que ha hecho trizas el bipartidismo tienen muchas lecturas en Ferrol. La primera, y la más relevante, es que hay abundancia de asuntos de importancia capital en función de cuál sea el Gobierno de la nación. El vínculo de la urbe con el Estado es, aún, su cordón umbilical, por lo que cualquier leve tos en Madrid, no lo duden, puede provocar catarros y neumonías por estos lares. Ya ha pasado muchas veces. A la espera de lo que ocurra no están temas menores. ¿Ejemplos? El futuro de Navantia, las derivadas para las Fuerzas Armadas, la continuidad o no del proyecto del ferrocarril a Caneliñas... Solo algunas pinceladas gruesas, aunque el óleo que es Ferrol tiene muchas otras.

A expensas de lo que suceda en todos esos terrenos y otros, lo que ha quedado meridianamente claro es que el electorado se ha hartado y ha repartido recados por todas las esquinas. Unos deben anotar la responsabilidad de los respaldos obtenidos y otros analizar -otra vez- las causas de sus respectivas bajadas. En Marea y, por extensión, Yolanda Díaz y Jorge Suárez son los vencedores morales. Y, por muy poco, no son también los numéricos. La pleamar intuida en las municipales se ha convertido en una lagarteira de grandes dimensiones que se cimenta en el voto de izquierda y, lo más importante, en el voto joven. Ese caladero en los que todos quieren faenar y muy pocos logran sacar algo. Pues bien, En Marea ha entrado ahí a fondo, y también en el espectro de la mediana edad. Como se ha mencionado, la responsabilidad de todo eso es muy grande y hay que darle respuesta. Quizás el regidor destape más acción de gobierno de la demostrada hasta ahora después de ese espaldarazo. A lo mejor a eso era a lo que se esperaba. Sus socios en Armas, el PSOE, se ha descalabrado. Ángel Mato, más solo que la una a la hora de la campaña, lo ha intentado y no lo ha logrado. Quizá haya echado de menos -o no- a una Beatriz Sestayo que pasó la pugna por las urnas casi desaparecida en combate.

El PP tiene que empezar a mirarse lo suyo, pero mucho. Sigue bajando. Ni el peso de Miguel Tellado como portavoz parlamentario del PPdeG ni el de José Manuel Rey Varela como conselleiro han servido para taponar la hemorragia de votos. Juncal irá al Congreso, sí, pero no era solo eso lo que esperaban los conservadores.

Ciudadanos aprovechó el tirón de Albert Rivera, pero veremos si resiste en las autonómicas y en las municipales. Que son harina de otro costal. ¿El Bloque? Tras haber gobernado con Xaime Bello roza casi la extinción. Si esto no es motivo para revisarlo todo... ¿Servirá lo sucedido para un golpe de timón en las posturas de Iván Rivas y Eva Espiñeira en el Concello? Debería. Y, por cierto, hay políticos que culpan a los votantes de haberse equivocado. No es así. Se equivocan ellos.