Las debilidades iniciales de Ferrol como destino de cruceros se han ido convirtiendo, poco a poco, en fortalezas y bazas para continuar creciendo en este apartado. ¿El motivo? Partía la urbe naval como una gran desconocida. En otras palabras, en los muelles locales no amarraba ni un solo crucero hasta hace pocos años.
A partir de ahí se hizo lo más complicado, que es incorporarse a ese competitivo mercado. Primero de manera muy tímida, con muy pocos atraques por ejercicio. Luego, progresivamente, aumentando cifras. Hasta que, a día de hoy, ya se puede intuir que la tónica será rebasar cada año las veinte escalas. El objetivo a medio plazo es alcanzar las cuarenta, y es totalmente factible.
Ferrol ya no es un destino desconocido. Nunca tendrá las cifras que manejan Barcelona o Valencia, por poner algunos ejemplos. El Mediterráneo es otra división por infraestructuras, clima, costumbre, rutas navieras de turismo... Pero la Autoridad Portuaria Ferrol-San Cibrao está sabiendo sacar partido a sus posibilidades.
En primer término, dando todas las facilidades para que los cruceristas se sientan cómodos, con servicios gratuitos, por ejemplo, autobuses lanzadera al centro. En segundo lugar, afianzando sus lazos con navieras como Saga, Fred Olsen, Aida, Oceania... Y tendiendo otros nuevos, como los que se han conseguido con Pullmatur.
Y, por último, porque va agregando ganchos y reclamos. Lo potente para las navieras es el casco histórico de la ciudad, zonas próximas como San Andrés o las Fragas do Eume, y opciones como el Museo Naval, por poner solo algunos ejemplos. Pero ahora también señalan algunas compañías que es ruta de inicio del Camino Inglés a Compostela... Más atractivos, en fin.