Al filo de los 90 años, el veterano artista José González Collado inaugura una muestra en la que reivindica el valor de la acuarela
11 dic 2015 . Actualizado a las 11:55 h.Hoy - 20.30 horas- Estudio 46 (C/Santos, 46, Ferrol) - hasta el 16 de enero
El próximo mes de mayo cumplirá 90 años, casi nada, pero a José González Collado (Ferrol, 1926) ni las canas ni la edad son capaces de apartarle de los pinceles. Lo demuestran las cerca de cincuenta obras que integran su nueva exposición, que esta tarde inaugura el artista en Estudio 46. La presentación del acto correrá a cargo de la historiadora Esperanza Piñeiro.
-En esta muestra regresa a la acuarela.
-Sí. Es una exposición didáctica, porque en ella demuestro que es posible hacer una obra de arte con una técnica tan sencilla como la acuarela. Me molesta que haya pintores que la menosprecien, porque prefieren la acuarela. Pero hay que tener en cuenta que la acuarela es la base para hacer una gran obra al óleo. Además, lo que realmente importa no es la técnica, sino el ser capaz de resolver un tema plástico con tu propio estilo y tus propias ideas.
-En la exposición está presente la figura humana, hay paisajes y también algunos bodegones curiosos, como el que compone con una bolsa de Zara, un secador y cajas de bombillas.
-¡Es que un bodegón se puede hacer con cualquier objeto de la vida cotidiana! Ese lo pinté porque un día me encontré con una bolsa de Zara que alguien se olvidó en el estudio, pero también los hay con frutas, castañas, con cacharros que tengo por ahí... Pero un bodegón no se puede hacer de cualquier forma. Hay que encontrar una composición que quepa en el espacio en blanco que tiene frente a sí el pintor y hacerlo con armonía.
-Si nos fijamos en los cuadros figurativos podemos encontrar paisajes familiares...
-Sí, claro. Ahí están las mujeres que yo veía a través del cristal cuando pasaba por delante del Casino Ferrolano cuando tenía 10 años, a las que he retratado en la pecera, aunque en aquella época ese era un espacio reservado a los hombres. También hay gentes de la feria y del mar. O la churreria Bonilla del Cantón. Algunos cuadros reflejan cosas que yo he vivido en la juventud. Son cosas que han estado guardadas en mi cabeza, como si fuera un ordenador, y que, ahora, al darle al botón de la memoria, han vuelto a salir.
-¿Con casi 90 años le sigue dedicando mucho tiempo a la pintura?
-Ahora no me paso el día pintando, como hacía antes, pero sí le puedo dedicar dos o tres horas al día. La pintura siempre ha sido mi vida y puedo decir que me ha hecho un hombre feliz. No se puede pedir más.