Dicen hosteleros y comerciantes que empiezan a atisbarse los famosos brotes verdes. La ocupación hotelera durante el puente de la Constitución fue mejor que en años pasados, las compras empiezan a reactivarse y las reservas para cenas navideñas van a mejor ritmo y con precios más elevados. Los empresarios tienen puestas sus ilusiones en la campaña de Navidad.
Suena bien, pero no todo es tan sencillo. Los potenciales clientes no solo deben tener ganas de consumir. Tienen que tener ganas de mucho más, de coger el coche, de que las calles por las que transiten estén abiertas al tráfico, de llegar al destino pese a los cortes de circulación y, lo más difícil, de encontrar un sitio de aparcamiento. Han de sortear muchos otros escollos ajenos al puro deseo de comprar que, casualidad o no, coinciden con la época navideña. No parece muy adecuado que este fin de semana, el primero en el que los comercios abrirán sus puertas en la jornada dominical para que los ferrolanos apuren sus compras navideñas, haya cortes de tráfico en los accesos a puntos neurálgicos de la ciudad, como el polígono de A Gándara y el centro de Ferrol, donde se concentra el grueso del comercio de la zona.
Encontrar un sitio de aparcamiento libre tampoco será cuestión baladí, aunque tenga licencia para estacionar en una plaza para personas con movilidad reducida. Muchas de ellas son utilizadas de forma fraudulenta.
Así que ya sabe, si este fin de semana pretende echar una mano a Papá Noel o a los Reyes Magos, ármese de paciencia. La necesitará.