Colea, y mucho, la fotiño con el alcalde Jorge Suárez y el edil Suso Basterrechea echándose un piti en la bañera del Ayuntamiento. Ha provocado humareda, vamos. Decía ayer Yolanda Díaz que ojalá hubiese más instantáneas de esas características. Dejó claro, eso sí, que no fue ella la que la subió a las redes sociales. Si acaso hizo un tuit a posteriori. O un retuit. A un fav. O a saber. Que esas aplicaciones las carga el diablo y uno hace, deshace, pone, quita, borra... Hay constancia, eso sí, de que al regidor, al final, no le ha hecho gracia el asunto. Ninguna. ¿Por qué permitió que se la hiciesen? ¿No sabía que se iba a colgar en las redes? ¿No lo venía venir?... El eterno debate entre el ámbito privado y el ámbito público... Como en Gran Hermano. O así. Pues es fácil. El Concello es un edificio público, no privado. Por tanto, hay que cumplir sus normas de uso. Y el alcalde, sea quien sea, primero que nadie. Y pista. Lo demás es demagogia.
Vale que no deja de ser una anécdota en el marasmo electoral. Que no se puede juzgar una acción de gobierno por eso o por tal o cual vestimenta. Es ridículo. Pero tampoco vale echarse primero unas risas y luego dar por respuesta la pataleta del enojado. La cosa (pública) no va así. Que luego siempre es el mensajero el que manipula y retuerce. Y eso ya no cuela.
Menos se hablaría de esa foto -porque en la calle se habla de ella, y mucho- si hubiese otras cosas en que fijarse. Pero es que, de verdad, no las hay. Ni en campaña brilla la acción de gobierno desde el Concello de Ferrol. ¿Cuál ha sido el gran asunto puesto en marcha desde la plaza de Armas hasta el momento? ¿Cuál ha sido el gran acierto? Mejor pasar palabra.
Y que se vayan reajustando las filas de ese Ferrol en Común que gobierna en minoría exigua con el PSOE. Que se vayan situando los relevos a los ediles que se van marchando para, por ejemplo, intentar sacar adelante un presupuesto. Y que se busquen consensos porque la suma de votos no da. Ahí ya risas, menos.
¿Y cómo va la campaña por Ferroliño? Pues tirando. Que no es poco. Mientras el vecino anda pendiente de espectáculos televisivos con formato USA y poco mensaje, los de aquí hacen lo que pueden. Que sí un reparto de propaganda, que si una visitiña a algún lado, que si un mitin a los que solo van los de su partido... En fin. Lo de siempre. Estilo vintage. Los grandes temas de la ciudad están, a día de hoy, fuera de un debate que no se está planteando en clave local. Porque ni se puede ni interesa. Así de claro. ¿Cómo anda el PP? Preocupado. ¿El PSOE? Acongojado. ¿El BNG? ¡Bufff!. ¿Mareas y Podemos? A ver qué pasa. ¿Ciudadanos? Con risa ancha. De momento, eche así.