Carrera de obstáculos para los presupuestos

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló CRÓNICA CIUDADANA

FERROL CIUDAD

05 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No podía ser de otro modo. El pleno de los presupuestos del año 2016 no se celebrará, como pronto, hasta después de las elecciones del día 20. El anuncio hecho por alcalde días atrás sobre su intención de llevar las cuentas a una sesión extraordinaria del día 10 se ha topado con la realidad. Ni hay tiempo para una obligada negociación del documento -al bipartito le harían falta como mínimo los dos votos del BNG- ni la marejada que siempre acompaña a una campaña electoral es un buen escenario para llegar a acuerdos.

Claro que, de todos modos, el gobierno local va a tener que hilar fino y ceder bastante para poder sacar adelante las cuentas. A todos los grupos de la oposición le interesa poner en evidencia la situación de minoría y debilidad en la que se encuentra el gobierno de Ferrol en Común y el PSOE. En estos cinco meses de mandato, los nacionalistas ya han forzado la devolución de algunas propuestas a las comisiones para que volviesen a pleno incorporando sus exigencias. Y la virulencia con la que se suelen emplear los dos ediles del Bloque en sus invectivas contra el gobierno no invitan a pensar que esa inexcusable negociación que todavía no comenzó vaya a ser fácil. Porque, además, después del 20-D, y pase lo que pase ese día, habrá en el horizonte otras elecciones, las autonómicas, en las que PSOE, Mareas y Bloque volverán a pelear por un espacio electoral finito.

A decir de algunas voces críticas del entorno de los socios de gobierno, para aprobar el presupuesto no solo hay que buscar los apoyos ajenos, sino que hay que contar con que puede estar habiendo ya tensiones y diferencias internas para terminar de elaborar el documento que se llevará, si se cumple el segundo plazo anunciado, al pleno de final de mes. El reparto de responsabilidades para un pacto de gobierno obliga a hacer equilibrios en la distribución de los recursos y cada concejalía mide su poderío y capacidad de influencia, entre otras cosas, en función del dinero con el que cuente. Pero es que, además, en el acuerdo de FeC y PSOE se ha enredado todavía un poco más ese ovillo con una compleja estructura de competencias compartidas y entrecruzadas bajo el mando y la vigilancia mutua de las dos cabezas del bipartito. Y ese, sin duda, será otro factor que añadirá complejidad a la confección de unas cuentas que superarán ligeramente los 50 millones de euros.

En verano, con el nuevo gobierno recién estrenado, ajustado organigrama y lidiando con la crisis del agua sobrevenida, se decía que septiembre marcaría la diferencia. Si hay que esperar a las nuevas cuentas, parece que habrá que esperar al menos al primer trimestre del 2016.