En Ferrol, en los últimos tiempos, se está produciendo una progresiva animación del ámbito de la náutica deportiva, en buena medida impulsada por el Club do Mar. Iniciativas como la mejora y ampliación de A Graña -que ahora cuenta también con un local de restauración- o la reordenación de Curuxeiras promovida por la Autoridad Portuaria Ferrol-San Cibrao dan continuidad al salto que, en su momento, tuvo lugar con la habilitación de la rada deportiva de Caranza.
Pero no es suficiente. Conjugando siempre los intereses públicos con los privados, hay que avanzar todavía más en este terreno, donde se han ido reduciendo las listas de espera para lograr un atraque pero todavía existen. Por otro lado, propuestas como las que lanza Asnauga tienen recorrido por delante si se llevan a cabo con consenso y se realizan de una forma adecuada. ¿Supodría un revulsivo para la náutica deportiva en Ferrol? No a corto plazo. Pero, desde luego, el hecho de que la urbe naval fuese tomada como zona de referencia para esas sendas xacobeas marítimas reforzaría la marca turística de la ciudad, directamente vinculada en este apartado al Camino Inglés, ruta que, por fin, parece estar tomándose en serio por parte de las diferentes administraciones. Las sinergias están ahí para aprovecharlas. Pero hay que hacerlo.
Se trata, en definitiva, se sumar elementos para que la ciudad explote sus oportunidades. La náutica es una de ellas.