Solo durante la jornada de ayer se sacaron más de 3.100 kilos
10 nov 2015 . Actualizado a las 18:41 h.Los mariscadores de las cofradías de Ferrol y Barallobre que se dedican a la vieira -cuando el descenso de toxina ASP (amnésica) del producto lo permite y se habilita la campaña para su extracción- iniciaron ayer la primera de las cinco jornadas de faena de esta semana. Tal y como confirmó el portavoz del colectivo, Jaime Gabarri, se sacaron algo más de 3.100 kilos de este producto.
El objetivo durante las próximas jornadas es igualar cada día esa cantidad, de modo que entre el lunes y el viernes -ambos incluidos- se hayan extraído más de 15.000 kilos de vieira. Gabarri señaló que aunque inicialmente «no éramos muy partidarios de hacer esta última campaña del año», al final se decidió por el hecho de que «realmente la tenemos ya vendida, salimos a por ella porque los clientes nos la demandan, se trata de un marisco con una calidad excelente».
Cuando concluya esta semana, el gremio de mariscadores que se dedican a la vieira habrá alcanzado su mayor cuota de extracción.
El presente ejercicio se cerrará con cerca de 54.000 kilos de vieira comercializados. Nunca desde el 2010, cuando se pudo comenzar a faenar tras detectarse el descenso de toxina ASP, se ha logrado esta cantidad.
Se afianza además de este modo la cofradía de Ferrol como una de las principales zonas de producción de vieira en toda Galicia, ya que su extracción está vetada durante todo el año en la práctica totalidad del litoral de la comunidad porque no se produce ese mencionado descenso de la toxina ASP.
El hecho, además, de que en Ferrol estuviese vetada también durante muchos ejercicios, combinado con la capacidad productiva de la ría, provoca que haya mucha cantidad de este marisco.
Gabarri aboga, no obstante, por no superar nunca los 60.000 kilos por año para evitar la esquilmación del producto y, por otro lado, garantizar precios.
En contra de este objetivo está la actuación de los furtivos, que son habituales en la ría local para sacar vieira de forma irregular. Se trata de grupos reducidos y bien organizados, pertenecientes a redes mayores y que suelen actuar varias veces por semana. Poner freno a esta actividad irregular -y peligrosa para la salud pública- es todavía una asignatura pendiente.