Una nueva línea de negocio que beneficia las capacidades locales

La Voz

FERROL CIUDAD

16 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El hecho de que Masol Iberia haya estrenado en el puerto exterior de Ferrol el negocio del biodiésel es positivo en muchos aspectos. En primer término, para los trabajadores, que llevaban años viendo como la factoría era carcomida por la inactividad y que su futuro estaba en el aire. Su afán reivindicativo, en buena medida, ha permitido que ahora se encuentren en una mejor situación.

Pero en la balanza de los beneficios hay que poner también que se abre una nueva línea de negocio inédita en Ferrolterra, que ahora sí se puede considerar un núcleo de producción de biodiésel en España. Más competitividad local, más abanico de actividad y más tráficos portuarios, en este caso en el apartado de los graneles líquidos.

Cabe recordar, además, que la capacidad de la planta de Masol es de 300.000 toneladas por ejercicio, una de las mayores de España. Por lo tanto, el techo está todavía muy lejos y hay margen para que el negocio crezca, si la gestión es la adecuada y el mercado responde. Un mercado en el que continúan faltando medidas para fomentar el uso de este tipo de biocombustibles.

Nada de todo esto, sin embargo, borra el hecho de que el biodiésel haya sido un fiasco en la zona, un intento de diversificación industrial que no ha dado sus frutos. De los tres complejos levantados, solo uno ha conseguido, a duras penas, ponerse en marcha. Las expectativas, altas, no se han cumplido.