Manuel Gómez Felicitó al rey en el 76 para comprobar si contestaban
04 ago 2015 . Actualizado a las 09:57 h.¿Cree que si felicita al Rey por su cumpleaños va a recibir contestación? La misma duda tenía Manuel Gómez, un cántabro de Mazcuerras afincado en Ferrol, que en sus años de estudiante decidió, junto con unos amigos, felicitar a la Casa Real. Un conocido les había dicho que contestaban y ellos no se lo creían. «Todo empezó como una broma», asegura Manuel, «la primera postal la mandé a nombre de mi madre, y claro, cuando vio que le había llegado un telegrama de la Casa Real casi le da un síncope, no paraba de enseñárselo a los vecinos».
-¿Qué tipo de correspondencia mantiene con la realeza?
-Pues empecé mandando felicitaciones al rey Juan Carlos por Navidad y por su santo en el año 76, poco después de ser nombrado rey. En los años 80 tuve la oportunidad de conocerlo personalmente por mi trabajo y desde entonces le he felicitado cada año las Navidades, y también las bodas de las Infantas y el Príncipe, la toma de posesión de Felipe...
-¿Y cómo son las respuestas?
-Sus cartas suelen estar escritas a mano, menos, por ejemplo, las de doña María, que solían estar escritas a máquina. Además, si les solicitas una fotografía dedicada te la suelen mandar también.
-¿Y guarda usted todas esas cartas?
-Sí, en mi casa tengo un rincón real donde guardo todas estas cosas.
-¿Cuánto tardan en contestar desde la Casa Real?
-Pues no mucho. Si mandas un telegrama entre una semana y diez días; si le pides foto un poquito más, sobre un mes, más o menos.
-Aparte de felicitar a la familia real española, ¿se ha atrevido también con otras personalidades?
-Sí, felicité a la reina Isabel por el 100 aniversario, y me contestó su dama de compañía. Y también felicité al Papa Francisco, pero tampoco contesta él personalmente, sino que se encarga la secretaria del Vaticano en Madrid. Tenía también una carta de Bill Clinton, pero la perdí?
-¿Qué dicen sus conocidos cuando saben de su afición?
-Les hace bastante gracia la verdad, y a alguno que otro hasta le pica el gusanillo. De hecho, tengo una amiga que no se lo creía y les escribió para comprobarlo personalmente. Se quedó asombradísima cuando vio que era cierto lo que yo le decía.