Una intenta estar siempre al tanto de lo que hacen o deshacen en Ferrol, aunque ya no se encargue directamente de plasmarlo sobre las páginas del periódico. Una no siempre se entera de la información en tiempo real, lo que hace que suelte sapos y culebras cada vez que el tráfico estrena un nuevo desvío en la urbe, que suele ser bastante a menudo.
Hace unos días, echando un vistazo a una red social, me detuve en una foto que había compartido un amigo virtual. En la imagen se veía el esqueleto de una moderna terraza y bajo la foto se leía: El Parador ya tiene instalada su terraza de San Francisco. Me supo a bocanada de aire fresco. Me imaginé sentada en la nueva terraza tomándome una coca-cola mientras disfrutaba de unas vistas sobre la ciudad. ¡Algo nuevo en Ferrol! Supongo que a alguien que no sea ferrolano le costará entender la emoción que sentimos los de aquí cada vez que abre un restaurante, montan una terraza o inauguran una tienda de ropa.
Pinché en la noticia emocionada por tal descubrimiento, y a medida que iba leyendo me iba sonando familiar. La terraza del Parador forma parte del proyecto puesto en marcha por el anterior gobierno municipal en la Cuesta de Mella, que incluye un ascensor panorámico, un centro de interpretación y una oficina de Turismo. Un proyecto que el actual alcalde había prometido paralizar, pero que finalmente no lo hará, aunque cambiará sus usos.
Respiré aliviada porque por un momento pensé que ni terraza ni vistas ni nada de nada.