Navantia Fene fabricará cinco estructuras para el primer parque eólico flotante del mundo

La Voz FERROL

FERROL CIUDAD

NAVANTIA

Según la compañía, el encargo supondrá unas 400.000 horas de trabajo y comenzará en diciembre del 2015

18 jun 2015 . Actualizado a las 02:13 h.

Navantia y la compañía asturiana Windar Renovables sellaron ayer en Oslo su segundo contrato en el sector de la eólica marina en medio año. La empresa Hywind Scotland, filial de Statoil, acaba de adjudicar a esta alianza de empresas la construcción de cinco superestructuras flotantes que están diseñadas para sujetar aerogeneradores de seis megavatios de potencia en alta mar.

El encargo se ejecutará íntegramente en las instalaciones de Navantia Fene, que en estos momentos está a punto de iniciar la fabricación de su primer pedido en el mercado de la eólica marina, con la construcción, conjuntamente con Windar Renovables, de 29 estructuras tipo jacket para el parque Wikinger que promueve Iberdrola en Alemania.

Las plataformas para Statoil -gigante noruego del sector energético- estarán instaladas en el primer parque eólico marino flotante del mundo, en Hywind (Escocia) y sus dimensiones son superlativas. Así, tendrán un peso de 3.500 toneladas -siete veces más que cada uno de los jackets contratados para Iberdrola-, 90 metros de largo y un diámetro de 14,5 metros.

Navantia sostiene que este pedido supondrá unas 400.000 horas de trabajo y ha informado de que arrancará en torno a diciembre de este mismo año. El último de los componentes tiene que ser entregado en febrero del 2017. La nueva obra supone un espaldarazo a la apuesta en común de la empresa pública y Windar Renovables por el sector de la eólica marina, en donde compiten en otros seis concursos internacionales por otros tantos encargos.

Las capacidades de los astilleros públicos, por un lado, y la experiencia en la fabricación de componentes eólicos de Windar, por otro, han sido valoradas por los promotores del parque escocés, que se enfrentan al reto tecnológico de poner en marcha un recinto con sujeciones para los molinillos flotantes.

Estas cinco estructuras constituyen la primera fase de un encargo mucho mayor, de hasta 45 plataformas más. Aunque también serán adjudicadas por concurso público, Navantia y Windar Renovables parten con una importante ventaja, al haber sido ganadores del primer paquete.

Las estructuras flotantes pueden resolver el problema con el que se encuentra el sector de la eólica marina para asentar los aerogeneradores en aguas con más de 60 metros de profundidad. Hasta el momento, los estudios no habían pasado la barrera de las investigaciones y de los prototipos, mientras que ahora tendrá una plasmación real.

La ejecución de las estructuras copará el astillero de Fene, que en las últimas semanas ha llevado a cabo tareas de adecuación al negocio de la eólica marina, como la construcción de las cimentaciones sobre las que se colocarán los jackets para Iberdrola, una vez terminados; y también de modificación de la grúa pórtico para poder mover las gigantescas piezas.

La disponibilidad de grandes instalaciones tanto para fabricar como para manipular los componentess, el acceso directo al mar para desestibar las piezas y la capacidad tecnológica para adentrarse en nuevos mercados son las fortalezas que han permitido que Windar y Navantia hayan obtenido dos contratos en el sector en tan poco tiempo.

Un encargo que se suma a la obra del flotel de Pemex y al inminente inicio de la de Iberdrola

La última reconversión naval dejó, en el 2005, una profunda herida en el astillero de Fene, al reducir su plantilla a 360 personas y restringirlo por completo, hasta el 2015, a la construcción naval militar. En estos últimos diez años, la antigua Astano ha jugado un papel complementario a la actividad del astillero de Ferrol y, aunque en el bum de contratación llegó a emplear a mil personas en la fabricación de los módulos para los barcos militares que se ensamblaban en la antigua Bazán, sus capacidades han estado infrautilizadas. Después de la paralización experimentada por la sequía de contratos, a finales del pasado año llegaron los primeros encargos: la adjudicación de los 29 jackets para Iberdrola y el Buque de Acción Marítima (BAM) para la Armada española.

Sin embargo, las tareas del barco militar están paralizadas, lo que ha servido de denuncia a los representantes de los trabajadores, que tacharon de electoralista el encargo, que se inició a finales de año para después dejarlo congelado. La obra de la eléctrica vasca tampoco ha arrancado, aunque en este caso si las últimas previsiones no fallan, lo hará en breve.

Subcontratas

Además, en Navantia Fene se están fabricando módulos para el buque flotel de Pemex que está creciendo en la grada de Ferrol, tareas que están empleando a cerca de un centenar de trabajadores de compañías auxiliares. Es el único barco que se está desarrollando actualmente en la antigua Bazán, que continúa, sin embargo, acusando una gran subactividad. Las tareas de fabricación del flotel está empleando en Ferrol a una cifra inferior al medio millar de trabajadores de subcontratas. La ocupación comienza a recuperarse, aunque las factorías públicas aún no disponen de encargos que garanticen faena para su plantilla directa, formada por unas 2.400 personas, en la ría ferrolana.