La surfista Gala Pereda salva a un joven a punto de ahogarse en Canarias
05 jun 2015 . Actualizado a las 18:47 h.Quienes la conocen bien saben que la surfista ferrolana Gala Pereda no se arredra ante las dificultades. Cuando trabajaba como socorrista en Esmelle salvó a tres niños a los que el mar amenazaba con engullir. Y esta misma semana el destino quiso convertirla de nuevo en un improvisado ángel de la guarda a lomos de una tabla de surf, aunque en esta ocasión a más de 1.700 killómetros de distancia de sus queridas olas ferrolanas.
Pereda, de 34 años, volvió a actuar como una auténtica heroína el pasado lunes en la isla de Fuerteventura, donde trabaja como instructora de la escuela Planet Surf. Gala se encontraba dando clases a unos niños alemanes en Playa Blanca -un arenal de Puerto del Rosario, la capital-, cuando de repente unos chavales se acercaron a ella dando voces para advertirle de que en la otra punta había una persona pidiendo ayuda en el mar. «En la playa no había nadie más, ni socorristas ni otros bañistas, solo los niños y yo, así que o me metía o nadie iba a ir a buscarlo», relata Gala a otro lado del teléfono desde Fuerteventura.
La surfista ferrolana no lo dudó dos veces y se lanzó al mar. Primero lo hizo con dos tablas, una para ella y otra sujeta a su pie para que el joven que estaba en apuros pudiese subirse a ella una vez lo alcanzase. Pero tuvo que destistir. «Había mucha resaca y con las dos tablas no era capaz de avanzar», explica Pereda.
Finalmente optó por entrar solo con una y de camino al lugar donde se encontraba el bañista -no le importa reconocerlo- le invandió el miedo: «Lo pasé mal porque de repente pensé que si algo fallaba, que si por cualquier razón me soltaba de la tabla, allí no había nadie para ayudarnos. Nadie en absoluto. Ni a él ni a mi». Pero, gracias a su talento sobre las olas -perfilado en Ferrol junto a otras pioneras del surf femenino local como Cristina Hermida, Lupe Bruquetas o Cristina Irisarri-, todo salió bien.
«Cuando llegué a donde estaba, el chico aún tenía los ojos abiertos, pero estaba ya semiinconsciente, agotado y muy pálido», relata Gala. Como pudo lo subió a su tabla y lo llevó hasta la orilla, donde le practicó los primeros auxilios. Y en un pispás la escena cambió por completo. De no haber nadie -ni siquiera socorristas, a pesar de ser un lugar muy turístico-, aquello se llenó de gente. Policías, sanitarios, bomberos... Y hasta la televisión. Pero Nara, que así se llama el joven a punto de ahogarse, de 25 años, solo recordará a su heroína. Gala Pereda. Una ferrolana enamorada del surf.