Hoy empieza mayo, pero ya saben, no se hagan ilusiones, que hasta el día 40 no hay que quitarse el sayo. El refranero español, muy sabio él, añade una segunda parte que aquí en Galicia viene al pelo: Y si junio es ruín, no te lo quites hasta el fin o Si vuelve a llover, te lo vuelves a poner.
Abril ha jugado al despiste, en vez de aguas mil, ha dejado una especie de miniverano con temperaturas de más de 25 grados en Ferrol. Cuando se vive una situación de este tipo, la población se divide en tres grupos: los que se enfundan los shorts y las sandalias como si tal cosa, como si no hubiera un mañana lluvioso; los que se empeñan en ponerse el plumífero aunque les caigan gotas de sudor y que viven en un invierno gallego eterno; y los que, dichosos ellos, entienden el entretiempo.
¿Qué es eso del entretiempo? El diccionario lo define como el tiempo de temperatura suave y pocas lluvias, que corresponde generalmente a la primavera y al otoño. Pues bien, a eso en Galicia le llamamos verano.
Lo que aquí entendemos por entretiempo es pasar en menos de quince días de más de 25 grados y tiempo seco, a una alerta por lluvias intensas como la que se vive este puente festivo del 1 de mayo. Es decir, no fiarse ni un pelo del tiempo y tener capacidad de reacción.
Como han hecho los comerciantes de A Magdalena que ante la mala previsión meteorológica han decidido aplazar para la próxima semana una nueva edición de la Fashion Night. Y ante lo que no se pueda aplazar... pois se chove, qué chova.