Pero la coyuntura no se ha encauzado y esa situación concursal está llevando a la firma a buscar un fin definitivo para su factoría. Fuentes consultadas ayer en el seno de la empresa indicaron que se está intentando «reactivar la planta con cualquier tipo de mercado al que se puedan adaptar sus características». En esta ocasión, sin embargo, ya se ha dejado claro que también se ha abierto la puerta «a la venta» del complejo. Es, además, la salida que se vería con mejores ojos.
La factoría lleva sin producir, y sin apenas actividad, desde que abrió sus puertas. Fue en el 2008 tras una inversión de casi cincuenta millones de euros y para la que recibió ayudas públicas. Comenzó con alrededor de cuarenta empleados que, poco a poco, se fueron quedando en la calle hasta quedar solo con un equipo mínimo para tareas de mantenimiento y limpieza.