La Cocina Económica también abrirá su comedor por las tardes

FERROL CIUDAD

ANGEL MANSO

La organización humanitaria ofrecerá a sus usuarios dos comidas diarias

08 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La Cocina Económica de Ferrol abrirá sus puertas, a partir del día 21, también por las tardes. Entre las 19 y las 20 horas. En principio, cinco días a la semana: de lunes a viernes. Para ofrecer a sus usuarios, además del almuerzo del mediodía, una «merienda-cena» que ponga fin a una situación que angustia a muchos de los usuarios de esta institución benéfica: el encontrarse, conforme la tarde avanza, todas las puertas cerradas.

El acuerdo fue adoptado por la junta directiva de la Cocina Económica en su última reunión. Eso supondrá, en la práctica, que las 150 comidas que, por término medio, sirve la institución cada día, se convertirán en 300 los días laborables. Los festivos, la situación continuará como hasta ahora: se entregará a los usuarios del comedor una bolsa con comida para el resto de la jornada.

Búsqueda de voluntarios

«Lo que nosotros necesitamos ahora -decían ayer los responsables de la Cocina Económica- es encontrar voluntarios que puedan ayudarnos. Por las tardes tendremos aquí a una de las empleadas, pero precisamos que venga gente que esté dispuesta a prestarnos su ayuda a la hora de servir las meriendas-cenas. Para esto, también necesitamos el apoyo de la gente». Y lo comentaban, esto, mientras se servían las comidas del mediodía, mientras la lluvia casi convirtía en un río la calle.

Entre quienes ayer comían en la Cocina Económica eran mayoría los hombres de más de 40 años. Había también jóvenes (buena parte de ellos, africanos) y algunas mujeres, pero en proporción muy inferior a la de quienes respondían al perfil más frecuente: varones en la segunda mitad de la vida; de una vida que, cuando tendría que darte algo, a veces no duda en arrancar hasta la esperanza, porque le gustan las malas pasadas.

«Puede dejar ahi el paraguas»

«Si quiere, puede dejar ahí el paraguas», dice uno de los que comen allí cada día desde hace más de veinte años, indicándole al periodista un paragüero colocado no muy lejos de la ventana. Y, por cierto, vacío. Lo que explica por qué tantos de los que allí se encuentran tienen aspecto de haberse calado hasta los huesos en la calle: la intemperie no suele ser generosa, sobre todo en las tierras cercanas al Atlántico, con quienes a menudo carecen hasta de lo más necesario.

La verdad es que la Cocina Económica se ha convertido, en estos tiempos tan duros, en mucho más que un un lugar en el que se sirve comida a quien no la tiene: hoy es un verdadero refugio frente a las adversidades.