Recimil, con dos semanales, y la tradicional feria de Ferrol, los terceros domingos de cada mes, son los principales, si bien han surgido también otros en O Inferniño y Caranza.
Según Caselas, en ocasiones, el titular del puesto (se requiere un permiso especial para estas actividades) no acude un día o varios y deja su lugar a otro. «Creo que todo es un problema de autoridad y orden y de aplicación de la ordenanza, porque la venta callejera no es un actividad nueva sino que tiene una larga tradición y normativa, pero hay que hacerla cumplir», concluyó.