Manicuras que triunfan en Fene: «Hay lista de espera hasta septiembre»

c. lópez / a. v. FENE / LA VOZ

FENE

Lulú Nails Salón de Uñas Fene
Lulú Nails Salón de Uñas Fene ELISA PIÑÓN

Lucía Iglesias Varela abrió su propio negocio, Lulú Nails, con tan solo 23 años y confiesa que nunca se había imaginado tener un recibimiento tan positivo

09 ago 2024 . Actualizado a las 16:43 h.

Tras acabar la secundaria, Lucía Iglesias comenzó a estudiar un ciclo de peluquería donde impartían también materias sobre estética. De este modo empezó a interesarse por el mundo de las uñas, en el que se especializaría a través de cursos en diferentes academias. Inició su trayectoria profesional trabajando como empleada en dos centros, en uno de ellos, dedicándose en exclusiva a la manicura. La mugardesa afirma que trabajar para otros es un gran aprendizaje, «pero no tienes el control de los servicios, calidades, ni productos que empleas. Abrir mi propio negocio siempre había sido una meta».

Aquí se encuentra el germen de Lulú Nails, un salón de belleza especializado en uñas que lleva funcionando 20 meses en el número 55 de la avenida Marqués de Figueroa (Fene).

Respaldada por los suyos

Lucía recuerda que cuando expresó su intención de emprender un negocio, tanto su pareja como familiares y amigos la animaron en todo momento: «Vengo de una familia de autónomos y mis padres también emprendieron jóvenes, así que me aconsejaron desde la experiencia. También me ha ayudado mucho mi tía, que se dedica a lo mismo que yo […], la verdad es que me sentí arropada en todo momento».

Pese al apoyo de su entorno, Lucía reconoce que vivió los inicios con inseguridad, pero, gracias a sus clientas, consiguió ganar confianza y cumplir con creces las expectativas. «A veces no me creo que tenga tanta gente. Ahora mismo hay lista de espera hasta mediados del mes que viene. Estoy dando citas a partir del 16 de septiembre», comenta la joven.

Sobre el éxito cosechado con Lulú Nails, Lucía reflexiona: «Realmente no sé si hay un motivo concreto, pero yo me centro en continuar formándome, intento ser humilde y aconsejar siempre pensando en lo mejor para mis clientas». La manicurista resalta que, para ejercer su profesión correctamente, no todo reside en dejar la mano bonita, pues «la uña no deja de ser célula, por lo que trato de evaluarla bien y priorizar su cuidado».

Lulú Nails Fene Uñas
Lulú Nails Fene Uñas ELISA PIÑÓN

Durante los últimos años, el mundo de la manicura ha vivido un auge notable de la mano de eventos de la talla del Golden Nail Congress o celebridades como la cantante Rosalía. Lucía trata de explicar este fenómeno basándose en dos factores: las redes sociales y la separación, cada vez más pronunciada, entre peluquería y estética. «Las redes mueven mucho y la mayoría de gente llega con fotos de las uñas de una u otra influencer […]. Hoy en día tenemos acceso a muchos productos y podemos estar más formadas, antes había menos especialización. Se trata de un campo bastante amplio y una moda que seguirá avanzando».

La profesional mugardesa incide en que, si bien oferta otros servicios como depilación láser, su fuerte son las manicuras. Dentro de estas, las que más triunfan son las semipermanentes, un esmaltado de duración prolongada en el largo natural de la uña.

Como en todos los negocios, la época estival llega con especificidades y, en el caso de Lulú Nails, estas se traducen en un aumento de las pedicuras, la demanda de colores neón y diseños con elaboraciones «más divertidas».

Lucía puede presumir de tener un número estable de llamadas a lo largo del año, pero reconoce que hay épocas en las que el trabajo se dispara. «Sobre todo durante las Navidades y ahora, en verano, el número de eventos es mucho mayor. Esta temporada estoy atendiendo a unas dos novias, con sus respectivas acompañantes, cada semana. Así que podríamos decir que estamos en temporada alta de bodas», comenta entre risas.

Desde Lulú Nails se asegura que, pese a que las uñas no tienen edad, el grueso de la clientela está formado por mujeres entre los 22 y los 35 años. «También llegan ‘miniclientas', como yo las llamo, que son hijas de clientas habituales que vienen a hacerse las uñas por el cumpleaños o como regalo por las notas. Aunque estos son casos esporádicos», asegura Lucía.

Su propia jefa

Pese a que ser tu propia jefa «tiene sus pros y sus contras», la manicurista se muestra ilusionada y expresa su deseo de continuar aprendiendo y mejorando. Si el futuro se lo permite, a Lucía le encantaría ampliar el negocio, hasta la fecha atendido únicamente por ella, contratando a alguna empleada y diversificando la oferta. Aunque, por lo de pronto, se encuentra satisfecha con lo conseguido en estos casi dos años y asegura que no se arrepiente «para nada». Antes de despedirse, la joven emprendedora quiso enfatizar su agradecimiento con todas las clientas que confiaron en ella desde el principio y permitieron hacer de su sueño una realidad.