La sonrisa de Rosalía, el Círculo de Fene y una foto que no aparece

Ramón Loureiro Calvo
Ramón Loureiro CAFÉ SOLO

FENE

13 may 2023 . Actualizado a las 22:58 h.

En la primavera de 1963, hace ahora 60 años, cuando Galicia celebraba por vez primera el Día das Letras —que en aquella ocasión rindió homenaje a la vida y a la obra de Rosalía—, hubo un acto especialmente multitudinario que no tuvo lugar en ninguna de las grandes ciudades gallegas, sino en Fene: el que organizó, con el mayor de los entusiasmos, el Círculo Mercantil, de la mano del poeta Xosé María Pérez Parallé y de algunos de sus colaboradores más cercanos, como Andrés Picallo. El eco de aquel encuentro, que en sí mismo se convirtió en el luminoso reflejo del amor de todo un pueblo por su literatura, se extendió en seguida —en cuestión de días— ya no solo por Galicia, sino también por los países en los que la emigración gallega añoraba, con saudade infinita, su tierra de origen. Y así, el Círculo fenés —que entonces no celebraba sus actividades en el local que hoy posee en San Paio, que como salta a la vista se construyó mucho después, sino en una ubicación anterior, situada muy cerca del Cruce de Fene por antonomasia, allí donde aún se llama la Porta do Sol— pasó a inscribir su nombre, con letras de oro, desde el primer momento, en la historia de la celebración de las Letras.

(Una celebración que nació de la mano de la Academia, de la RAG —por iniciativa, precisamente, y como ustedes saben, de don Paco del Riego, a quien por fin se le rinde tributo este año—, pero que pronto hicieron suya, como ya había sucedido en Fene, gentes de los más diversos ámbitos).

No estuve en aquel acto, claro. De hecho, no había nacido aún. Pero, incluso así, aquella primera celebración fenesa —y permítanme ustedes la confidencia— ha formado parte siempre de mi particular catálogo de los afectos. ¿Por qué...? Pues porque fue una jornada, como ya dijimos, dedicada a Rosalía, poeta que encarnó como ninguna otra el alma de un país entero (Sillobre, según me contaron mil veces, y no me resisto a mencionarlo de nuevo, fue uno de los muchos lugares en los que, en 1885, los vecinos se concentraron espontáneamente a las puertas de las iglesias cuando se conoció la noticia de que Rosalía había muerto). Y porque, además, a aquella primera celebración del Día das Letras, a la de 1963, asistió mi madre. Al igual que tres de mis tíos y muchos de sus parientes., como Isabel de Vilar, la propietaria del legendario Lar Vilar, café con biblioteca que estaba situado junto a la Fonte de San Ramón y que guardaba en su interior la memoria de buena parte de los escritores de Galicia.

No pierdo la esperanza de encontrar una foto de aquel primer Día das Letras del Círculo de Fene, popularmente conocido como el Casino. De momento, no he hallado ninguna. Como no la hallaron, tampoco, tantos y tantos amigos que me dicen que «aparecerá cando menos se pense». Cuánto se les debe a todos los que estuvieron allí...! Rosalía les sonreirá eternamente.