El conductor al que embistió un coche en sentido contrario en un túnel de la AP-9 en Fene: «Volvín nacer, aló enriba non me queren»

FENE

El naronés Fernando Leal Martínez, conductor del coche contra el que chocó el vehículo kamikaze de la AP-9, en una foto tomada este lunes en Ferrol.
El naronés Fernando Leal Martínez, conductor del coche contra el que chocó el vehículo kamikaze de la AP-9, en una foto tomada este lunes en Ferrol. CÉSAR TOIMIL

Fernando Leal salió ileso del brutal accidente frontal en el túnel de O Sartego. La principal hipótesis apunta a que el otro vehículo circuló en sentido contrario de forma involuntaria

11 mar 2023 . Actualizado a las 18:37 h.

Es el superviviente que nadie esperaba, comenzando por él mismo. Fernando Leal Martínez regresaba a su casa en Narón el sábado pasadas las ocho de la tarde, al volante de su coche, por el túnel de la AP-9 que conecta Fene y Neda, el de O Sartego. Segundos después, su BMW era un amasijo de hierros. En su destino se cruzó el automóvil de la conductora que se adentró en la autopista en sentido contrario al permitido y chocó brutalmente de frente contra él. «Volvín nacer. Non sei nin sequera como estou falando contigo», acertaba a expresar este lunes menos de cuarenta horas después de lo ocurrido. Ambos vehículos quedaron totalmente destrozados, pero del coche salió sin apenas un rasguño. Y por su propio pie. Ahora, dos días después, empieza a acusar dolores internos por el violento impacto.

A sus 36 años, es consciente de que la fortuna le regaló un segundo cumpleaños: el 28 de enero. Fernando relata todavía incrédulo lo vivido. «Viña pola autovía a unha velocidade de 100 ou 110. Cheguei á altura do radar, axustei o control de velocidade do coche a 90 e púxenme no carril da esquerda, porque había coches que ían máis amodo ca min», detalla. Tras él, otro vehículo venía adelantando por la izquierda «e aparteime». Entonces «xa vin que os coches na entrada do túnel estaban indo máis amodo. Baixei a velocidade -prosiguió- e, de repente, a rapaza que me estaba adiantando deu un volantazo e claro, a primeira reacción foi baixar os santos todos». Después hizo lo que, considera, haría cualquier otro conductor: «Frenar e xirar cara ao outro lado, porque se non, ou me comía o gardarraíl ou o muro do túnel. Foi xirar e xa me atopei o golpe», describe. «Nin vin o coche que viña de frente nin nada», porque, cuenta, era inimaginable pensar que la brusca maniobra evasiva de la conductora que le precedía fuera para esquivar un coche que venía de frente.

Estado en el que quedó el vehículo de Fernando Leal, que circulaba en sentido correcto.
Estado en el que quedó el vehículo de Fernando Leal, que circulaba en sentido correcto.

«O accidente foi, por sorte, para contalo, porque me puiden matar», dice. No solo lo piensa él. Así se lo trasladaron los guardias civiles que acudieron al punto. «O que menos pensaban era que eu estivera de pé e que non me pasara nada», rememora todavía sin dar crédito. Solo presentaba pequeñas heridas y algunas mazaduras: «Agora empézanme a saír derrames, e teño bastante dor, pero ninguén contaba con que estivese vivo co estado no que quedaron os coches». La mujer de 37 años que causó el accidente quedó tendida en el suelo, y continúa ingresada en el hospital recuperándose de las lesiones sufridas en la colisión. 

«Pensei que rebentara a cabeza»

El accidente, define, fue «brutal». «Non sei a canto viña ela. O único que sei é que estou vivo», incide. Y rememora lo ocurrido en esos instantes: «Sentín un ''bum'', o golpetazo, e un olor horrible, supoño que do aire do airbag», aventura. «O primeiro que fixen foi botar as mans á cabeza, porque me sentía mollado. E pensei: ''Pois nada, rebentei a cabeza''». Pero no, lo que tenía era agua, no sabe si procedente de alguna botella que estaba en el habitáculo o del anticongelante del coche. Después, «apaguei o coche, puxen os intermitentes e baixei del. Non estaba nervioso porque sabía que ía só», y que a bordo de la silla infantil instalada en el asiento trasero no viajaba su hija de cinco años. A continuación, «xa vin todo: berros, xente correndo por todos lados... Foi surrealista», apunta. A la primera persona que llamó fue a un amigo guardia civil, que se encargó de comunicarse con el cuartel, donde ya conocían que había un coche circulando en sentido contrario. Después, a su pareja, a la que advirtió de que había sufrido un accidente y llegaría tarde, pero que se encontraba bien. Y junto a Fernando Leal permaneció en todo momento un joven, desde que se apeó del coche hasta que una ambulancia se lo llevó al hospital, al que ahora le da las gracias y asegura que le gustaría localizar para poder hacerlo en persona.

El teléfono de Fernando no deja de sonar este lunes, ni lo ha hecho desde el sábado . «Estame chamando moita xente que pensou que morrera». Y a él, aún le cuesta asimilar que todavía está en este mundo. Tras lo sucedido, un agente le recomendó que aprovechase la vida. Y que lo ocurrido pasa «en un abrir y cerrar de ojos».  «A min non me deu tempo nin a abrilos nin a pechalos», cuenta. «Foi moita sorte. Volvín nacer, así de claro. Aló enriba non me queren», bromea ahora.

Fernando atribuye el «milagro» en buena parte a su automóvil. «O coche foi o que me salvou, porque era bo e moi forte. Se chega a ser outro máis antigo ou con menos seguridade, seguramente me matara», cuenta en referencia al BMW de segunda mano que había comprado hace nueve meses. Fue trabajador del sector naval en una auxiliar, y este martes tenía previsto firmar un nuevo contrato con una empresa de otro ámbito, que implicaba desplazarse al extranjero. Ahora se encuentra en un limbo: no está en el paro, pero tampoco ha podido empezar a trabajar, porque no puede viajar.

Lo sucedido no le ha disuadido, desde la propia noche del accidente, de ponerse de nuevo al volante. De otro coche, claro.