La moción de censura que agita Fene

CHEMA CORRAL FENE

FENE

CESAR TOIMIL

El nacionalista Juventino Trigo podría recuperar el bastón de mando con el apoyo de parte del PSOE y EU

07 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Por tercera vez en menos de dos años, Fene podría volver a cambiar hoy de alcalde. De cumplirse el guion, una moción de censura arrebatará el bastón de mando al conservador Gumersindo Galego. Y previsiblemente, en adelante, un tripartito encabezado por el exregidor nacionalista, Juventino Trigo, caído tras la moción impulsada en 2018 por PP y un partido afín a las mareas, marcará el ritmo del tercer municipio de Ferrolterra. Aunque, no se descartan sorpresas.

¿Está Fene abonado a la inestabilidad?

La falta de mayorías absolutas lastró la gobernabilidad de este antiguo feudo del BNG en los últimos mandatos. Las coaliciones de izquierdas acabaron, una y otra vez, saltando por los aires, con reproches y acusaciones de deslealtad entre socialistas y nacionalistas. La última vez fue en 2016.

Esta relación compleja propició que el PSOE fenés, obviando las políticas de pactos defendidas por la dirección autonómica, facilitara el pasado mes de junio que el PP, la fuerza más votada, con un escaso margen de 70 votos sobre el BNG, se hiciera con la alcaldía, en un plenario en el que la izquierda suma once actas.

¿Por qué ahora sí un acuerdo de la izquierda?

La alianza, imposible hace siete meses, ahora cuaja. Y lo hace por voluntad de las tres edilas socialistas que renovaron la candidatura, que optaron por pasar página al pasado y «rectificar». Los argumentos esgrimidos por los impulsores son, entre otros, la falta de gestión del «agónico» equipo popular, su incapacidad para impulsar proyectos o su falta de entendimiento con el personal municipal. Afirmaciones que rebaten, tirando de logros, desde el PP: deuda cero, 1,5 millones en obras, bajada de impuestos...

La condena a Gumersindo Galego por conducir triplicando la tasa de alcohol en sangre, y su decisión de darse de baja del PP pero seguir al frente del Concello, desencadenó el tsunami. Primero llegó su reprobación y, posteriormente, la apertura de conversaciones entre los partidos de la oposición. Comenzaba a fraguarse el posible cambio.

¿Cómo afectó el anuncio a la vida política local?

Desde que se presentara por registro la moción, la división en el seno del grupo municipal socialista centró todos los focos. La Agrupación Local, respaldada por la provincial, desautorizó primero a las tres concejalas firmantes de la moción y acabó pidiendo su dimisión, e incluso calificando de «aberrante» su decisión. Las díscolas sostuvieron el pulso y defendieron la oportunidad de «enmendar» el error, ajustándose a las directrices del PSdeG, de apoyar gobiernos de progreso allí donde sumen.

Y la crispación se adueñó de la política local. Una de las edilas del PSOE fue acusada de presunto plagio. Se aireó la inhabilitación para el ejercicio de su profesión de otra, así como el quebrantamiento de esa condena. Y se volvió a hablar de las sentencias que condenaban al Concello, en la etapa de Trigo, por vulnerar los derechos fundamentales de nueve concejales en su intento de frenar la moción que acabaría por apartarlo de la alcaldía.

¿Qué pasará en el pleno extraordinario de hoy?

Salvo sorpresas, los diez ediles que suscribieron la moción de censura (seis del BNG, tres del PSOE y una de EU) votarán a favor de derrocar al ejecutivo popular. Por tanto, prosperaría la moción y Juventino Trigo (regidor de Fene entre junio del 2015 y abril de 2018) sería de nuevo elegido alcalde. Con todo, Galego apuntaba ayer que «todas las posibilidades están abiertas».