La pareja que dio el fútbol ferrolano

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Carmen Teijido, que supera una leucemia, perteneció al primer equipo femenino, el Ferrándiz, y Toné se retiró en el Eume con 27 años

22 nov 2018 . Actualizado a las 18:21 h.

En la mayoría de las ocasiones, las historias de amor cobran fuerza con el paso del tiempo. Una relación que surgió en la juventud, como la de Carmen Teijido Castiñeira (Ferrol, 61 años) y Antonio García Muro (Ferrol, 65 años), se ha convertido, después de 43 años de matrimonio, en una relato digna de conocer. Con el fútbol, el deporte que marcó sus primeros años, como hilo conductor. Carmen fue una de las jugadoras del Ferrándiz que abrió la veda del equipo de fútbol femenino en Ferrol y cuyas jugadoras protagonizaron un reportaje el pasado sábado en estas páginas. Mientras, Toné pasó por el Canido, Barallobre, Arsenal y Eume, antes de retirarse con solo 27 años por un principio de artrosis en la cadera.

En este momento, él acompaña la lucha de su mujer contra una leucemia de un tipo poco común. «Estamos nunha batalla da que a protagonista é ela. Nós estamos aquí como soldados para axudarlle a gañar», expresa Toné. Mientras, ella, poco después de una sesión de quimioterapia, deja claro que es «un camino muy largo», pero confía en reencontrarse con sus compañeras del equipo. «Ojalá más adelante, dentro de unos meses podamos vernos todas», lanza.

Y es que aquella época, como las demás, la recuerda como una etapa «muy bonita». «Había buen rollo entre todas, era todo perfecto. Recuerdo mucho los viajes en bus, no nos hacían falta ni las verbenas. Por eso sería bonito volver a vernos», dice Carmen. En su infancia vivía en la calle San Carlos, en Esteiro, justo enfrente de la sede del Ferrándiz. Así que con 13 años, con unas amigas, se animó a apuntarse. «Éramos bastante buenas, lo decía la gente que entendía de fútbol», subraya. Esto lo confirma su marido: «Sempre foron un pouco por diante do resto. Coincidiu que foi un grupo de rapazas que tiñan un nivel bastante semellante e moi alto, así que marcaban a diferenza».

Al igual que la pasión por el fútbol, la admiración también era mutua. No era extraño que Toné fuera a ver los partidos de Carmen y viceversa. «Moitas veces cando ía eu aos desprazamentos, viña comigo tamén; é unha forma máis de convivir», cuenta él. Años antes, se empezaron a conocer en los bailes, en los que coincidían porque él era del muelle y ella de Esteiro. Acabaron casándose en 1975 y tuvieron un hijo y una hija. El primero ya había nacido cuando se retiró su padre, mientras la segunda venía de camino.

«Vivín unha época na que o deporte rei estaba claro que era o fútbol. O medio de diversión dos rapaces era a pelota. Ademais, xogabamos na rúa, porque non hai os coches que hai hoxe», cuenta Toné , que recuerda sus primeras patadas en la actual alameda del Carbón, bajo la Cuesta de Mella, un lugar que llamaban os ferros. «Más que nada, estoy decaído, porque fue el deporte que quise toda mi vida, y tener que dejarlo por esta enfermedad, y a una edad a la que todavía me siento entero, hace que se te baje el ánimo», lamentó Toné en una entrevista con La Voz en 1980, poco antes del homenaje que le ofrecieron el Eume y el Racing de Ferrol tras su adiós. «O fútbol era a miña ansia. Tiña e sigo a ter espírito deportivo, así que todo se me ía en pensar no fútbol», comenta ahora. Después de aquello, no volvió a tener relación con el balón: «O meu carácter non valía para iso. Ou estaba a tope para todo ou non estaba. Non andaba con medias tintas».

Ahora, tanto él como su mujer siguen viendo partidos por televisión, aunque pocas veces acuden al campo. «Algo de gusanillo siempre queda», asegura Carmen. Lo que no dejó Toné ha sido la pesca submarina, a la que ya era aficionado durante su época en los campos. «Mentres a merma das cadeiras me deixe, a auga será a miña aliada», subraya. Trabajó como armador en Astano.

Lo que unió el fútbol ferrolano, en el caso de Carmen y Toné, ya no lo separa nadie.

La intrahistoria

Su nieto Antón contactó con La Voz a raíz del reportaje sobre el Ferrándiz

«En ese equipo se encontraba mi abuela, aparece en la fotografía». Este fue el mensaje que trasladó a La Voz el nieto del matrimonio, Antón García, cuando vio el reportaje sobre el Ferrándiz, con el deseo de hacerle un pequeño homenaje a su abuela en su largo camino contra la leucemia. «Sé que le hará mucha ilusión y la empujará a curarse», añadió el joven.

Ni él ni su padre se dedican al fútbol, pero ambos sienten una gran admiración por los abuelos. En casa guardan un completo álbum de fotos de cuando Carmen jugaba en el Ferrándiz, como la que acompaña esta información. Entre las que se reunieron para el reportaje, ella vio hace no tanto a Tita y Susa, por lo que confía en coincidir pronto con las demás.