Con la marcha del flotel también se va el sector naval civil de la ría de Ferrol

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL

FENE

JOSE PARDO

El plan de futuro de Navantia dibuja una empresa estratégica para la defensa y volcada en el sector militar

09 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue un mes de mayo del 2014, en plena crisis de ocupación en los astilleros de la ría, cuando Navantia iniciaba la construcción del buque flotel para Pemex. Fue un contrato controvertido -por su carácter político, al haberlo gestionado el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, con la petrolera mexicana- que devolvió algo de actividad a la planta ferrolana y que entonces supuso el primer encargo del sector civil que encaraba la antigua Bazán en 25 años. Ayer, el flotel de Pemex abandonó la ría ferrolana, después de haber permanecido los últimos quince meses amarrado en un muelle de Fene, una vez que fue entregado al armador.

El barco, que está destinado a albergar las tripulaciones de las plataformas petrolíferas del Golfo de México, navega rumbo a México, aunque la intención del armador es la de venderlo. De hecho, hace meses que anunció esa opción, pero por el momento no ha fructificado.

Con la partida del Cerro de la Pez -bautizado inicialmente como Orgullo Petrolero-, Navantia dice adiós de nuevo al sector civil en la ría. Aunque la presidenta de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Pilar Platero, afirmó recientemente en el Congreso, en relación con la postura de la dirección de la empresa frente al mercado civil, que aunque no se va a desechar ninguna opción, advirtió que «no podemos concurrir a trabajar en pérdidas». Y eso es lo que sucedió en el caso de los últimos encargos civiles, como el flotel de Pemex y también los petroleros contratados por la naviera Ondimar y que se fabrican en el astillero de Puerto Real (Cádiz). Fueron contratados en épocas de vacas flacas para el sector, a unos precios muy inferiores a los que ofrece la empresa pública, aunque sirvieron para generar ocupación en las comarcas con astilleros.

No obstante, en el plan estratégico diseñado por el equipo que comanda Esteban García Vilasánchez y los responsables de la corporación para el período comprendido entre este año y el 2022 se abunda en la configuración de una Navantia estratégica en el ámbito de la Defensa, por lo que pretende volcarse en el sector militar, no solo en el ámbito nacional, sino también internacional.

De hecho, las principales apuestas en terceros países se encuentran en concursos para la construcción de fragatas: en Australia, Canadá y Estados Unidos.

Además, la empresa sostiene que desde el 2015 la contratación mundial de buques civiles ha disminuido en un 60 %, lo que ha influido también en un descenso acusado de los precios, por lo que aún complica más su competitividad en este sector. 

Eólica marina

Únicamente en el ámbito de las energías renovables -con la apuesta de la eólica marina- y de las reparaciones de buques continúa su apuesta Navantia, en su estrategia por la diversificación de la actividad.

No obstante, el plan estratégico aún habrá de ser negociado con los interlocutores sindicales, una vez que los responsables de la empresa y de su accionista les presentaron las líneas maestras del programa.

En otro orden de cosas, la diputada de En Marea Yolanda Díaz ha solicitado la comparecencia de Pilar Platero y Esteban García Vilasánchez en el Congreso para que expliquen la situación financiera de Navantia.