Cobran fuerza los establecimientos adaptados al público con necesidades alimentarias específicas
25 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.En pocos años, los productos pensados para personas con alergias e intolerancias alimentarias se han disparado. La etiqueta de «sin gluten» o «sin lactosa» se ha hecho normal en los lineales de los grandes supermercados. Aunque no solo allí. Los negocios de barrio miran, cada vez con más atención, a ese nicho de mercado emergente, que supone una gran oportunidad de negocio. Y la comarca se ha sumado a ese bum.
Hace apenas unas semanas abría en la entrada de la avenida Tarrío de Fene, Tu carnicería favorita, ocupando el local de otro histórico negocio cárnico. Y en la habitual promoción de arranque, el factor precio pasaba a un segundo plano. «Tus problemas, nuestras soluciones» era el mensaje que lanzaban. «Eres celíaco, padeces alguna alergia alimentaria, colon irritable...? Nosotros estamos formados y preparados para atenderte», añadía.
Explica Julio Gestoso, que regenta el establecimiento junto a su pareja, Nerea, que, por cuestiones familiares- tienen una hija alérgica al pollo- conocieron la importancia del tema y apostaron desde el principio por una carnicería sensible a las intolerancias y alergias. Apunta que disponen de máquinas y tablas diferenciadas para los distintos tipos de carnes, evitando así contaminaciones cruzadas, y «los elaborados se preparan a diario, con especies naturales. Nada de huevo ni leche, y con pan rallado sin gluten y solo con los conservantes que exige la ley».
No muy lejos, en la Avenida de Naturales, se encuentra el obrador de repostería creativa Happy bake. Un horno poco usual, que empezó hace unos meses, y que anuncia en redes sociales sus periódicas aperturas, siempre con temáticas diferenciadas (la próxima el 31 de marzo y 1 de abril). Su propietaria, Alicia Santomé, crea pequeñas obras de arte.
El negocio dispone de cartas especiales de dulces aptos para diabéticos, celíacos y veganos, con dulces 100 % libre de huevos, lácteos y cualquier otro componente animal. «Existe muchísima demanda, lo que implica que, en la zona, estas personas se encontraban huérfanas de lo que necesitaban». Señala incluso que hay clientes de toda la provincia. Y que realmente, frente a la creencia «no tiene por qué existir diferencia de sabor ni de textura».
Pionera en la comarca
Pionera en la zona fue la pastelería Santy, en Santa Icía, Narón. Su titular Santi Otero se decidió a acondicionar el negocio y dotarlo de dos hornos totalmente diferenciados para elaborar productos sin gluten y con gluten cuando le detectaron a sus hijas celiaquía. «Cada vez que iban a un cumpleaños, había un drama porque no había nada para ellas». Hoy tiene una clientela fiel y sus productos -pan sin gluten, pasteles, empanadas, entre otros- son controlados por la Asociación de Celíacos de Galicia.
Con la misma entidad, hay una decena de locales de hostelería (Chiringuitos Los pinares, en Cabanas; pizzería Lanus, en Cedeira; Mundial, en Fene; Telepizza, A Gabeira y O bo paadal en Ferrol; O Castiñeiro, Cambalache y Telepizza en Narón; mesón Valdoviño; Casa Rodrigo, en Ortigueira) que firmaron un compromiso para facilitar la vida del celíaco. Un sello que acredita que su personal tiene formación específica sobre la dieta si gluten y la manipulación de los alimentos.
Así las cosas, los negocios «adaptados» están en plena expansión y cuentan, como señala Gestoso, «con la aceptación y la valoración» del consumidor en general, todo un plus. Hay demanda. Y la competencia aún es reducida, por tanto, como indica Otero «es un mercado con grandes posibilidades de expansión».