Medio siglo del colegio más familiar

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL

FENE

Jorge Juan

En el Jorge Juan de Fene buena parte del profesorado ha estudiado en el centro

23 feb 2018 . Actualizado a las 22:51 h.

El próximo mes de septiembre el colegio Jorge Juan de Fene cumple medio siglo y lo hace con buena salud, con las aulas llenas en plena crisis demográfica. El panorama actual de pérdida de población nada tiene que ver con el que motivó que hace más de 50 años que empresarios de la zona crearan este centro, porque no había escuelas públicas para los hijos de la gran cantidad de obreros que acudían a Fene a trabajar en los astilleros. Pasaron los años y la experiencia se convirtió en una cooperativa con concierto con Educación y en una gran familia, donde hay más de diez profesores que son hijos de antiguos docentes.

«La explicación es sencilla: los padres van dejando los derechos en la cooperativa a sus hijos», cuenta el director, Ángel del Río, que ejemplifica como nadie el arraigo a las aulas de Perlío. Aquí estudió desde los tres años hasta que pasó al instituto y en cuanto terminó la carrera en Santiago, a los 25 años, se incorporó como profesor de Historia ante sus antiguos pupitres, donde aún daba clases su madre, que trabajó 44 años en el centro, y donde también enseña su hermana. «La verdad es que solo estuve fuera esos años, ahora ya llevo 20 aquí, pero es algo que nos ha pasado a muchos. De hecho, hay un profesor, Lorenzo Pita, que se ha jubilado, pero que sigue viniendo a tomar café todos los recreos y su hija también trabaja aquí», cuenta con orgullo.

Las obras, entre todos

Con tantas redes familiares el centro es el jardín mimado del claustro. Tanto que algunos viernes cuando se marchan los niños, los profesores se ponen manos a la obra para cambiar suelos, pizarras, pintar o lo que se tercie. «Hemos comprado madera y poco a poco vamos renovando el suelo de las aulas los fines de semana», cuenta un director que asegura que todos los trabajadores son dueños del centro y cuando llega un nuevo docente se trata de incorporarlo cuanto antes a la cooperativa para que se sienta parte del proyecto.

Toda esta implicación pesa mucho en la buena matrícula (los alumnos suman este año 522) y en que se desvivan por dar respuesta a las demandas de los padres: «Ofrecemos algo que les gusta mucho y es la continuidad, el niño puede empezar aquí a los dos años y seguir estudiando hasta los 16, que es cuando le toca ir al instituto», explica Ángel, que recuerda que el próximo 2 de marzo realizarán unas jornadas de puertas abiertas (a las 17.00 y a las 18.00 horas) para los interesados en las matrículas del próximo año. Aunque antes prepararán muchos encuentros para celebrar el medio siglo de historia, algunos serán reencuentros entre antiguos alumnos, como el galerista David Barro o el registrador de la propiedad Eduardo Rouco, que regresarán para rememorar cómo eran sus clases.