«Pudiendo hacer muchas cosas, ¿por qué voy a reducir el arte solo a una?»

FENE

ANGEL MANSO

Laura Bouza López dirige el laboratorio creativo LaudasCalamity, mucho más que un taller en Fene, con dibujo, pintura, artesanía y educación

22 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los laboratorios se asocian normalmente a la ciencia y a los científicos. En Fene, en el número 15 de la avenida de As Pías, sin embargo, no existen probetas ni productos químicos. «Lo llamé laboratorio porque quería que fuese un espacio polivalente, de experimentación, donde tuvieran cabida todo tipo de cosas, no solo una», explica la polifacética Laura Bouza López, que estrenó el taller LaudasCalamity el 4 de septiembre de 2015. En 107 metros cuadrados hay sitio de sobra para crear ilustraciones, pinturas, artesanía, cortos cinematográficos o escaparates, sin dejar de lado la educación a los más jóvenes. «Mi perfil es un poco como el de una persona renacentista que hace de todo. Pudiendo hacer tantas cosas, ¿cómo voy a reducir el arte solo a una y ya está? Creo que el espectro artístico se manifiesta en muchas cosas, no solo en una», subraya.

Las bellas artes inundaron la vida de Laura Bouza desde que era muy pequeña, con el añadido, además, de contar con un abuelo maestro ebanista, gracias al que conoció la artesanía. En Santiago estudió Joyería Artística y, a continuación, Bellas Artes en Bilbao. Más adelante añadiría un Máster de Libro Ilustrado y Animación Audiovisual.

Durante el tiempo que estuvo en el paro fue cuando empezó a unir la joyería y la madera. Sus artículos, con el sello de Artesanía de Galicia, incluyen peinetas al estilo art noveau, pitilleras, collares, pulseras o broches, todos ellos realizados con maderas nobles, como sapeli o de roble. «Ahora la artesanía la tengo un poco parada porque no tengo el tiempo necesario para diseñar, pensar que funcione... No obstante, lo retomaré pronto y me gustaría indagar en los bordados en madera y en la mezcla de este material con plata», cuenta. 

Ocupada las 24 horas

El descanso apenas existe en las 24 horas de cada una de sus jornadas de trabajo. Por la mañana está en la Asociación Nuestra Señora de Chamorro, donde ha reactivado el taller de serigrafía. Los usuarios del centro han empezado a elaborar diseños y están aprendiendo a controlar desde el principio hasta el final de la producción. Además, han comenzado a preparar un fanzine con veinte ilustraciones y del que se distribuirán unos doscientos ejemplares.

Por otro lado, volviendo al taller, tiene a su cargo a medio centenar de alumnos, que acuden, repartidos a lo largo de la semana, a clases de educación artística. El proyecto actual es un libro ilustrado con los doce trabajos de Hércules. «Los jóvenes tienen mucha creatividad y talento. Aparte, creo que lo tienen muy claro, y lo disfrutan. Aquí hay un filón impresionante», resalta. Considera que la responsabilidad de que esas habilidades sigan adelante «también es de la sociedad».

«Si pintas muy bien y luego no vendes tus cuadros, ¿dónde queda eso? La gente quiere arte, pero le cuesta pagar por él. Las personas se deberían concienciar más de la importancia del arte y la cultura», dice Laura. En su opinión, no se valora el trabajo que hay detrás: «Haces una pieza de artesanía y te dicen ‘¡Uy, qué cara!’. Qué cara, no. Las horas dedicadas, el diseño... ¿cuánto esfuerzo hay ahí?».

El futuro para ella, después de dos años en el laboratorio, está más despejado. Entre otros proyectos, estrenará una exposición en abril del próximo año.