Un productor forestal de Cerdido cede al colegio una finca para plantar frutales: «Nos pareció maravilloso, está al lado del colegio»

A. F. C. CERDIDO / LA VOZ

CERDIDO

La finca que utilizarán los escolares ronda la media hectárea
La finca que utilizarán los escolares ronda la media hectárea CEDIDA

Los escolares transformarán el antiguo eucaliptal y seguirán el crecimiento de casi 200 árboles

28 mar 2025 . Actualizado a las 17:07 h.

La idea partió de Cristina Fernández, tesorera de la asociación de productores de madera de Cerdido (Promacer), en noviembre, y ha tardado poco en materializarse. Esta integrante del Anpa del CEIP da Barqueira pensó que sería interesante «ceder al colegio una finca para que los niños pudiesen repoblar y aprovecharla para labores educativas ambientales». Y le trasladó la idea a Amable Salgueiro, socio de la entidad: «Le habíamos cortado un monte de eucalipto hacía poco, en una finca colindante con la del CEIP».

El propietario aceptó «encantado» y se brindó a cederles media parcela, casi media hectárea. Después le presentó la idea a la directora del centro educativo, Araceli Montes. «Nos pareció maravilloso porque está al lado, solo hay que cruzar un camino, a los niños les encantan los árboles y nos permitirá desarrollar un proyecto durante varios años», apunta. El proceso comenzará en marzo, cuando los escolares plantarán los 180 pies de castaños, manzanos, perales, aguacates, naranjos, limoneros o ciruelo adquiridos por Promacer, que aporta 3.000 euros a esta iniciativa, y el Anpa. Pero los trabajos ya han empezado, con la retirada de los restos forestales. Queda el marcado y los hoyos que abrirán con una mini pala, «para que luego los niños puedan plantar con mayor facilidad», destaca Fernández.

Montes incide en que el alumnado de varios años disfrutará de este proyecto, viendo el crecimiento de los árboles o recogiendo los frutos. Este curso completarán el trabajo con un libro interactivo sobre las plantas, pequeños invernaderos (con cajas de fruta) y sistemas de riego por goteo, un mercadillo solidario con las familias (para intercambiar plantas por libros expurgados de la biblioteca escolar) o la aplicación de la robótica para medir la pluviosidad o la temperatura. Si consiguen más plantas de las que pueden crecer en la finca, las podrán llevar a casa y deberán facilitar las coordenadas de su ubicación en el colegio, «para trabajar la topografía», indica la directora. También habrá un acto para firmar la cesión de uso de la parcela.