Los canarios más hermosos del mundo se crían en Cedeira: «Son mi pasión desde niño»
CEDEIRA

José Antonio García ha conseguido dos oros y dos platas, en individual y equipo, en el campeonato celebrado en Portugal
02 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Competían 21.000 pájaros en las distintas modalidades y José Antonio García (Cedeira, 1973) regresó a casa con dos medallas de oro (individual y equipo) y otras dos de plata (individual y equipo) con sus ejemplares de la gama Bruno Rojo Mosaico, la que cría. Sucedió hace solo unos días, en la edición 72 del Campeonato del Mundo de ornitología celebrado en Santa María da Feira, en Portugal. «Estoy muy emocionado, esta locura de afición a la que nos dedicamos con pasión los 365 días del año, en multitud de ocasiones en soledad en nuestro aviario, nos da estas grandísimas alegrías», escribía en Facebook después de proclamarse campeón y subcampeón del mundo en individual y equipo.
Participaron 2.700 criadores de 55 países de todo el hemisferio norte y la organización corre a cargo de la Confederación Ornitológica Mundial, igual que en los campeonatos del área sur. «En Portugal concursó toda Europa y también los países árabes, que están empezando a comprar pájaros», comenta. «Pero no es solo comprar —precisa—, es cuestión de muchos años». Él lleva unos 40 criando canarios, «siempre con la inquietud de ir mejorando», y casi 30 compitiendo. Guarda los numerosos diplomas y medallas que ha conseguido en campeonatos nacionales e internacionales, concursos sociales y pruebas gallegas en el aviario, en su casa y la de su madre.
Estudió Empresariales, aunque su vocación era la veterinaria, y cuando aprobó 1.º de EGB sus padres le regalaron un híbrido de canario y jilguero. Poco después, con nueve o diez años, empezó a criar. «Es mi pasión desde niño, empecé con siete años y ya no paré», confiesa el gerente de Muebles García, que compagina el trabajo y el cuidado de los pájaros. Y desde 2022, además de criar y competir, es juez: «Era mi ilusión. Fueron muchos años de estudio. De canarios de color hay casi 400 variedades y tienes que conocerlas todas. El examen tiene una parte teórica, que requiere mucho estudio, y una práctica en la que tienes que enjuiciar 24 pájaros y solo puedes fallar en uno, es realmente complicado».

Ya ha ejercido de juez en Mallorca, Pamplona, Valencia o A Coruña. «Cuando vas de juez no puedes concursar. Es casi más difícil enjuiciar, ser justo es complicado porque como también eres criador, te pones en ese papel y sabes que ha estado trabajando todo el año...», reconoce. En el campeonato nacional, en diciembre en Talavera de la Reina, y en el mundial, en Portugal, optó por competir. En cada variedad de competición (canto, color o postura) «hay un estándar morfológico oficial, que marca las cualidades que debe cumplir».
No basta con ser el canario más guapo (en su gama de color). «Tienen que saber presentarse ante el juez y para eso tienes que entrenarlos. Les pongo espejos donde se ven y se estiran, aparte de lavarlos, limpiarles las plumas, una a una. Los días previos son de nervios y estrés para ti; a los pájaros les das tranquilidad para que se comporten con naturalidad. Están acostumbrados desde pequeños al manejo y las voces (oyen música y la radio continuamente, para que no extrañen), para poder mostrar sus cualidades», detalla. Destaca la relación con la gente con la que comparte afición, a la que ve de año en año en los campeonatos. Los próximos mundiales serán en Bélgica, Francia, Italia y España. En Galicia, señala, hay pocos criadores en comparación con Andalucía o Valencia.
«A mis pájaros les doy todo el mimo»
García conoce a cada uno de los 80 canarios de su aviario (llegó a tener 300) y sabe cómo se encuentran solo con mirarles a los ojos. Viven de diez a doce años, pero solo compiten el primer año de vida. Empezó comprando ejemplares: «Vas haciendo parejas, viendo lo que necesitas... ahí está la visión del criador. Tienes que conocer la raza y hacer los cruces oportunos».
«Mis pájaros tienen recompensa todos los días, les doy todo el mimo [...], rara vez enferman (hacemos analíticas mensuales de heces) y si ocurre van a la jaula enfermería, con humedad y temperatura controlada (igual que todo el aviario)», explica. A la vuelta de un campeonato, los participantes pasan por una cuarentena, «por si han cogido alguna enfermedad», y después van a una jaula grande «para recuperarse, con alimentación especial, más proteínas y más vitaminas». Y en primavera toca volver a emparejarlos para criar.