Casa con finca y vistas al mar en Ortegal, el objeto de deseo de quienes huyen de la canícula
CEDEIRA

La demanda de inmuebles a bajo precio para reformar se ha disparado, pero la falta de financiación frustra operaciones
12 ago 2023 . Actualizado a las 01:34 h.Mientras el centro, el sur y el este de España se achicharran, en el norte del norte de Galicia las temperaturas, que han sobrepasado los 30 grados algún día este verano, aún permiten respirar y taparse por las noches al menos con una sábana. Estas condiciones, sumadas a un paisaje verde, pese a la escasez de lluvia, convierten la comarca de Ortegal en un imán cada vez más potente para el turismo estacional y la segunda residencia. Las casas con finca, aunque sea pequeña, y vistas al mar se han convertido en el principal objeto de deseo de quienes escapan del calor, como corroboran varias agencias y portales inmobiliarios.
«Hay muchísima demanda para alquilar y, sobre todo, para comprar. Interesan las gangas, que no se dan, pero es lo que busca la gente», señala Mary Carmen Martínez, del grupo Rey Álvarez, que opera en la zona de Cedeira y Ortigueira. «La mayoría son familias que buscan una segunda residencia, donde venir de vacaciones e incluso teletrabajar en algunos períodos, y sobre todo poder respirar y echarse la mantita encima», detalla. Asegura que «les vale todo, pisos o casas, donde no haya mucho ruido y cerca de los servicios». El reclamo, constata, «es el clima».
Un piso a la venta en Cedeira por 33.500 euros ha sido el más visto en las últimas semanas. El precio funciona de cebo, pero el inmueble necesita una reforma integral, que implica un desembolso mayor del coste y acaba disuadiendo a los potenciales compradores. Para adquirir una vivienda lista para entrar hay que gastarse entre 70.000 y 135.000 euros, dependiendo de la ubicación, el tamaño, la finca y otros factores. «No han subido, pero los tipos de interés sí y [los bancos] tampoco conceden hipotecas, ya voy por la quinta venta que se echa atrás porque no les conceden el préstamo», explica.
Florencio Trinquete, de la inmobiliaria Trinquete, de Cariño, constata este nuevo bum inmobiliario: «Vienen escapando del calor y si encuentran algo tirado de precio lo compran para reformar. Es para pasar el verano, por lo que no se necesita que esté tan acondicionado, y alguno piensa en venir a vivir aquí en algún momento. A 45 grados no se puede vivir. Quieren una casita pequeña, con un pedacito de terreno y que se vea el mar, por no más de 30.000 euros». En realidad, ese tipo de chollos no existen. «Para tener terreno tienes que irte fuera del casco urbano y es más incómodo, y los propietarios de casas de piedra piden a partir de cien mil euros», abunda.
En Cariño, el coste de una vivienda con finca y vistas al mar pasa de los 130.000 euros. «Sin mar, grande y en buenas condiciones, andan entre 85.000 y 90.000; y en el pueblo, con necesidad de arreglos, de 45.000 a 60.000 (casi siempre hay que cambiar el tejado, que ya son 40.000 a 50.000 euros)», desgrana Trinquete. Crece la demanda para comprar y arrendar. Plataformas como Airbnb, que ofrece alojamientos turísticos, han registrado un incremento de las búsquedas para alquilar en Ortegal, ya entrado el mes de agosto.