Lucía Freitas, chef con una estrella Michelín: «Vivimos en el mejor lugar del mundo para ser cocinero, tenemos el mejor producto»

ANA F. CUBA CEDEIRA / LA VOZ

CEDEIRA

Lucía Freitas, en la cocina de su restaurante A Tafona, en Santiago de Compostela
Lucía Freitas, en la cocina de su restaurante A Tafona, en Santiago de Compostela MERO AFONSO

En 2009 abrió una casa de comidas, hoy local de referencia, y el miércoles tendrá un encuentro con hosteleros de Cedeira

26 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El proyecto Cedeixura-Pesca de Costa, impulsado por la cofradía de pescadores y el Concello de Cedeira, ofrece dos demostraciones culinarias profesionales, hoy y mañana (de 17.30 a 19.30 horas), en el local del pósito. Esta tarde acudirá Daniel López, gerente del restaurante ferrolano O Camiño do Inglés, reconocido con dos Soles Repsol; y el miércoles, Lucía Freitas, chef de A Tafona, en Santiago, con una estrella Michelín. Esta santiaguesa de 40 años abrió en 2009 su primer negocio, una casa de comidas. En 2016 logró el segundo puesto del concurso nacional Cocinero del Año y emprendió el proyecto Tomiño, un local que abrió al año siguiente en Nueva York. En 2018 obtuvo el primer premio, Bib Gourmand, de la Guía Michelín. En Santiago, además de A Tafona, regenta LUME, «un nuevo concepto de barra gastronómica ‘slow food a lume de carozo'». El miércoles recalará en Cedeira, rebosante de «energía y pasión».

—En sus notas biográficas dice que los cocineros no solo son contadores de historias, sino transmisores de cultura...

—Y transformadores del mundo. A día de hoy, los cocineros, si tenemos algo bueno es la atención mediática, que nos permite hacer cosas que de verdad dejen poso en la sociedad, transmitiendo nuestro patrimonio gastronómico, contando la historia de los productores, dándoles visibilidad... Soy mucho de reunirme, hablar con la gente e intentar aportar algo positivo. Moralmente, creo que tenemos la responsabilidad social de ser agentes transformadores de la realidad.

—¿Ayuda tener el foco?

—El foco está muy bien, porque la cocina es una profesión muy dura y está bien que se valore, hay que valorarla en su justa medida... siempre digo que los cocineros no operamos a corazón abierto. Hay profesiones muy importantes que cambian el mundo y no son foco de atención. Creo que debemos usar el nuestro para lanzar mensajes más allá de la cocina. Soy cocinera, pero también puedo ayudar a muchas mujeres, a muchos productores, puedo contar mi propia historia personal y vital, que puede llenar de energía a mucha gente que está pasando, pasó o pasará por lo que yo he pasado...

—Convertida en referente...

—Pienso en Vero Boquete y en que muchas niñas saben, gracias a ella, que pueden llegar a ser futbolistas profesionales. Tenemos que actuar como si fuéramos referentes, no solo defendiendo la marca país. Llevo Galicia en el ADN y como todos los gallegos tengo muy enraizada en mi filosofía y mi manera de trabajar la cocina gallega, el producto de aquí, los productores... Todo eso hay que transmitirlo y hacerlo grande, poder ser portavoz de tanta gente que vive su profesión de artesanos. Porque los cocineros no dejamos de ser artesanos, aunque nos quieran meter con los artistas. Tenemos un punto de creatividad, pero nuestro deber es amplificar el trabajo de tantas y tantas personas que viven de su profesión con la misma pasión que nosotros.

—¿Eso hará mañana en Cedeira?

—Los gallegos, a veces, no nos damos cuenta de la suerte que tenemos, vivimos en el mejor lugar del mundo para ser cocinero, tenemos el mejor producto del mar, la huerta, lácteos... Lo tenemos todo, solo hace falta que nos lo creamos y nos atrevamos a trabajar con esos productos. Es esencial educar a los niños en nuestro patrimonio gastronómico, enseñarles a valorar la plaza de abastos. Mañana estaré con gente que se dedica a la hostelería, con la que yo me siento muy identificada. Hoy tengo una estrella Michelín, pero sé lo que es empezar con un menú del día, sé lo que es no tener nada y tener que hacer magia para preparar un menú de 12 euros. Cuando tienes un restaurante muy humilde tienes que afinar, utilizar tu ingenio para usar productos de temporada y de cercanía, que son los más económicos y los de más calidad. Tienes que dar unas pautas, yo me las sé todas porque lo he vivido en primera persona.