Tristeza por la pérdida de la cedeiresa Fina Nebril y emoción por las muestras de cariño

A. CUBA CEDEIRA / LA VOZ

CEDEIRA

CEDIDA

Mujer activa y querida, maestra de profesión, se implicó hasta el último momento con la Asociación de Veciños de Piñeiro

30 oct 2019 . Actualizado a las 17:01 h.

«Era una persona muy activa, vinculada a todo tipo de proyectos, inquieta y muy querida. Estamos emocionados con las muestras de cariño, dentro de la tristeza de la pérdida». Las palabras de Ángel Torres, el hijo pequeño de la cedeiresa Fina Nebril Caruncho, que falleció el martes a los 57 años, resumen el sentir de la familia —su otro hijo, que viajó desde México, donde vive, su marido y su madre—, pero también de los amigos de esta maestra de Primaria. E incluso de los padres de muchos de sus exalumnos, que acudieron a despedirla.

Sus compañeros del CEIP de Recimil, de Ferrol, el último centro en el que enseñó (su primer destino había sido Porto do Son), la recordaban así: «A túa lembranza permanecerá na memoria de todos e todas aos que axudaches a medrar nestes doce anos. Amiga, grazas por todo o que nos deches neste tempo que compartimos contigo». Ángel contaba ayer que su madre le dio clase durante cuatro años, en el CEIP Manuel Masdías: «El primer día que entramos en el colegio me dijo ‘aquí no puedes llamarme mamá porque soy tu profesora’. Y acabé llamándole Fina también en casa». En la Asociación de Veciños de Piñeiro, en la que se involucró hasta el último momento, era Fini o Finita, un pilar, «unha amiga grande», remarcaba ayer Antonio Rey, Tas, con quien trabajó mano a mano. Desde la directiva organizaron un memorable viaje a La Habana por el 90 aniversario del escolar de Piñeiro.

Muchos lloran la marcha de Fina. A Ángel le toca «tirar del resto»: «Le prometí que lo haría».