Hoteles llenos desde mediados de julio, con menos extranjeros que el anterior verano

Los alojamientos han estado llenos desde mediados de julio. «Junio y la primera quincena de julio fueron más flojos que otros años», constata María del Carmen Pernas, gerente del hotel Herbeira (Cedeira). La celebración del Pantín Classic palía el bajón característico de la última semana de agosto en todo el área de influencia, que va desde Ortegal a Ferrol. «El campeonato de surf ayuda, a diferencia de las fiestas, que traen mucha gente a la ciudad, pero pocos huéspedes», señala Gonzalo Jiménez, director del Gran Hotel y del Hotel Valencia. En ambos han registrado mayor ocupación que el verano de 2017, pese al incremento de la tarifa media aplicado.

«Julio empezó regular, pero después cogimos carrerilla», apunta María Dolores Vázquez, responsable de Las Palomas, en Espasante (Ortigueira). Este año sí ha advertido, igual que otros compañeros consultados, una caída del turismo internacional, que atribuyen al buen tiempo que ha predominado en toda Europa; e incluso a la celebración del Mundial de fútbol, que habrían aprovechado en países como Alemania, Francia o Reino Unido para pasar las vacaciones en Rusia.

En cuanto al nivel de gasto, la mayoría coinciden en que el viajero de agosto «se deja más dinero que el de julio», aunque pocos observan un claro cambio de tendencia. «Aún estamos lejos de la alegría con que se consumía hace una década», sostiene un hotelero del Eume. Francisco Javier Pardo, gerente del Semáforo de Bares, resalta el alto poder adquisitivo de sus clientes y la elevada presencia de andaluces, que huyen del calor del sur.

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