Los caballos que desbrozan la autopista

FERROL

JOSÉ PARDO

Tres animales de Dani Mayobre mantienen la hierba del acceso norte a la AP-9 en Ferrol que abandona Fomento

17 mar 2018 . Actualizado a las 17:02 h.

Paco falleció hace un par de años y sus ovejas desaparecieron del talud del acceso norte de la AP-9, en el barrio de Santa Mariña. La hierba empezó a crecer y, como Fomento apenas se pasa por allí para limpiar, la zona volvió a tomar un aspecto descuidado. Así estuvo unos meses, hasta que otro vecino, Daniel Mayobre (32 años) decidió coger el relevo. «Este es mi barrio y me gusta tenerlo curioso, así que el verano de hace dos años, como vi que nadie cortaba la hierba, empecé a limpiarla a mano», cuenta Dani. Una vez tomó un aspecto más apropiado, decidió que para mantenerlo lo mejor era llevar allí a tres de sus caballos. Y así es como Mora, Rayo y Bolero, como se llaman, llevan un año cuidando los bordes de la autopista.

Cada mañana, entre las nueve y las diez -dependiendo de la hora a la que entra a trabajar-, Dani sale con el primero de los caballos de su cuadra, ubicada a medio kilómetro de allí, en la calle Cardosas, al borde de la vía del tren. Una vez lo deja en una parte del talud, regresa a por los otros dos y realiza el mismo recorrido. Ataviado con un buzo y botas de goma, sorprende la maestría con la que guía a los dos animales por tan inclinado terreno. Sube con ambos hasta el mismo borde del acceso norte, pero calcula para dejarlos bien atados a una distancia segura.

«Los traigo casi todas las mañanas. Es mi barrio y me gusta verlo curioso»

Mientras, los coches, los camiones con palas eólicas y demás vehículos no dejan de pasar. Desde la autopista, si uno se fija, se puede ver el trabajo de desbroce. Por las tardes, cuando sale de trabajar, vuelve a por ellos. «Así sigue limpio, porque si no, estaría todo lleno de maleza. Menos los tojos, los caballos comen todo», cuenta el criador ferrolano, que desde que llegó la AP-9 solo vio una vez a las máquinas de Fomento. El Concello, cuando pasa por la vía inferior, la travesía de Neira, adecenta la franja que le pertenece, pero hasta arriba queda mucho terreno por atender.

A algunos vecinos les preocupa cómo pueden estar los caballos en un talud tan empinado, pero Dani asegura que se encuentran a gusto. «No sufren nada, saben buscar su asiento. Además, la parte superior es más plana. En San Xurxo tengo otras fincas con caballos en terrenos inclinados y están todo el día para arriba y para abajo, también por las piedras», apunta. Y pone como ejemplo a las bestias que se ven en San Andrés de Teixido.

JOSE PARDO

Lo que queda claro es que Dani es un amante de los animales. En la cuadra donde guarda a Mora, Rayo y Bolero tiene cinco gallinas, además de dos cabras que le regalaron a sus hijas. Ellas también montan en los caballos, así como su hermano discapacitado, lo que da cuenta de lo mansos que son. «Me gustan muchísimo, vivo para ellos», subraya.

Un vecino de una vivienda cercana lo denunció hace poco porque le molestaban los caballos, aún después, asegura, de haberle preguntado si podía tenerlos en la cuadra. «Vino una vez el Seprona, pero vio todo en orden», explica. Por ello, Dani se muestra orgulloso de como sus animales sustituyen al Estado en el acceso norte de la AP-9.