Cedeira se encomienda a san Antón de Corveiro, el patrón de A Ribeira

ANA F. CUBA CEDEIRA / LA VOZ

CEDEIRA

josé pardo

La lluvia deslució las meriendas, pero los vecinos refrendaron su devoción por «san Antoniño» en lo alto del monte

14 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Mery lució con orgullo su camiseta, en el mesón A’Marieta: «San Antoniño bendito, casamenteiro das nenas, por que non casas ás vellas, que mal che fixeron elas». Hasta hace años, todos los bares de Cedeira cerraban el 13 de junio para unirse a la fiesta en lo alto del monte. «Onte xa houbo farrada, coa churrascada da noitiña e a música», contaban algunos romeros al pie de la ermita. «É unha tradición centenaria, e o máis curioso é que nunca se cambiou, sempre se fixo o día 13, houbo épocas nas que non era festivo local, pero a xente viña igual», explica Ricardo García, miembro de la organización.

La comisión de fiestas se alterna entre casados (este año) y solteros (el que viene), siempre vecinos del barrio de A Ribeira. «É o noso patrón, a xente vén á misa e á sesión vermú e despois ten comida na casa, cos convidados», relatan. «Aquí vense de toda a vida, xa viñan meus avós», indica un octogenario. Manolo, el patrón, y Sergio, uno de los marineros del Terror dos mares, un pesquero de bajura que ayer permaneció amarrado, preparan las viandas, mientras Cheri, el tercer tripulante «e o máis devoto», asiste a misa. «É unha festa moi, moi arraigada, sobre todo entre o sector do mar; antigamente os que ían ao mar apurábanse para descargar o peixe e despois subir de romaría», recuerda Ricardo.

Mejor de fiesta que faenando

Manolo y Sergio reconocen su veneración por san Antón. «Cando nos pilla faenando, ao chegar á entrada da ría damos unha volta co barco [...]. Antes botaban uns cohetes desde terra e desde os barcos respondíaselles cunha bengala», narra el patrón, que ayer prefirió la fiesta a la faena. «Pero aos que están no bonito píllaos a todos fóra, e os do percebe aínda non voltaron [pasada la una de la tarde]», constatan. Proponen que la fiesta se pase al fin de semana, pero la tradición se impone, sin supersticiones, ni siquiera cuando cae en martes y 13.

Las gaitas de la agrupación Buxainas sonaron por A Ribeira por la mañana, y en el atrio, después de la misa, ya con baile, entre olor a churrasco y a fuegos. Matilde y Telís se guarecieron de la llovizna bajo el toldo. «Antes non se traía a parrilla, era todo empanadas e tortilla, miña nai aínda veu con 90 anos, coa cesta da merenda á cabeza, daquela non había coches», evoca Matilde.

Sentados en el muro, Lucas, Cosme y Alexandre, alumnos de 6º de Primaria, cuentan los días para acabar el curso, en el CEIP Nicolás del Río. «Nos gusta el churrasco, bailar y ver bailar, y las vistas, y si hace sol, bajar a la playa de As Sonreiras», comentan. El año ha ido «genial», pese al examen sorpresa de Matemáticas; participaron en las olimpiadas y ganaron la gincana de la feria del libro. Queda la excursión a Portugal y el verano, «playa y playa». En san Antón no les importó que cayera un chubasco.

La romería surgió tras la construcción de la ermita, en 1661

La ermita de san Antón de Corveiro se erigió en el año 1661 y la romería surgió poco después. En el interior de la capilla se puede ver un retablo barroco trasladado en su día desde la iglesia de Santa María do Mar, y en el atrio se sitúa el cruceiro del Cristo da Ponte, que se había instalado en el viejo puente de entrada a la villa de Cedeira en 1746 y se llevó a lo alto del monte en 1968. Los cedeireses y, en especial, la gente del mar, siempre ha manifestado una profunda devoción por san Antón do Corveiro. De tierra lanzaban cohetes y les respondían desde el barco con bengalas.