«Iste é o camiño que me leva a San Antón, un caminiño cheo de pedras e de amor. Hai un cruceiro vello alí e a xente vai falar sempre do seu amor» así se refería Andrés do Barro a San Antón do Corveiro, una de las visitas obligadas si deciden ir a Cedeira.
Se trata de un mirador presidido por un gran crucero de piedra serpentina que data de 1742, conocido como Cristo da Ponte. El monumento fue trasladado desde el antiguo puente medieval situado sobre el río Condomiñas hasta su ubicación actual.
En las inmediaciones del mirador se encuentra también la ermita de San Antón, de planta rectangular y aspecto sencillo y austero. La edificación, que empezó a construirse en 1661 gracias a Antonio Pumariño Alfeirán, cuenta con un retablo barroco de gran interés procedente de la iglesia de Santa María del Mar.
Pero si por algo destaca San Antón es por las impresionantes vistas de la ría de Cedeira, rodeada de acantilados, que el fuerte oleaje del Atlántico no deja de escarpar.
Se accede desde Cedeira, tomando la carretera hacia el faro de Punta Candieira-ese «caminiño de pedras e amor» del que hablaba el cantautor- y después desviándose a la izquierda por una carretera que está señalizada. San Antón acoge a finales de verano la tradicional jira campestre con la que finalizan las fiestas de la Patrona cedeiresa.